J\.1ATTEOTTI tifascistas italianos entre las tropas leales í uvo su parte en la derrota de los fascis1 a.s italianos, pasó sin merecer ateJtción. _El Imperio entre tanto, seg-ún :M:usso1 ini la expresión más alta del _poder y de la grandeza nacional y ltuma'ua, estaba 1-:..ecibiendo sus co1~onasde honor, después de las matanzas de Addis Abeba, del senador Hora'h, que comparó a los italianos de hoy con los hunos y los hombres de las caver11as, y por parte de Bruce Bliven, que se dirigió al mariscal Graziani en estos términos: "Reconozco que yo hubiera querido que su asesino consiguiera sus propósirns y que con usted hubieran sido muertos todos los in vasares ita lianc~-; d-c .A.bisi- .11ia'.' '' En un inundo en el que dominara 11n poco de sentido común --decía un diario americano, de ningún modo radi-:!al, l'On respecto a Ja querella anglo-italiana sobre la invitación a Abisinia para asistir ,1 la coronación de Jorge VI- podía -~sperarse que Haile Selassie rehusaría asisr i l' a una corouac_ión deshonrada por la presencia de un italiano, y no que ocurriera lo contrario, como sucedió." Jamás Ita1 ia. durante siglos, fu~ insultada de una manera tan arrogante. En cuanto al auhelo de ¡..doria militar, ídolo por el cual centenares de miles de italianos sacrificaron su o;angre en los últimos cuarenta años, la respuesta de los 1:uatro vientos repite: Caporetto. el Hümbl'e Pág. 43 de la ignomiuia. Y aunque ellos hubieran ganado diez batallas de Austerlitz, en la primera escaramuza desgraciada que sufrieran, oirían, otra vez inexorablement3 el nombre de Caporetto.. Miaja, el jefe leal, declaró que el ejército ·de_Mussolini estaba constituído por soldad~.; de pl01no. Circuló uua canción: Los de Musso1ini -fueron los primeros -de entrar en -IM-adri'd, ¡·pero 1>l'isioneros ! España no ha sido c0nquistada y el hollar üa quedado destrozado. Aquella parte del mundo. todavía consi<l.erablemeute grande, no c~mtrolada por Mussolini y Hitler, halla una especie de solaz en escupir scbre la nación italiana por dei;;precio de su oprc-sor. Sería legítimo, con todo, si es lógico que los esclavos no sean honrados por haberse sometido a la esclavitud. Sería natural también, aunque en injusticia, si es lógico qne la obsesivamente estúpida,. absurdamente neurótica voluntad de prepotencia militar y de primacía en el arte de matar sea castigada por el destino y por los hombres. ( 1) . cuando :,;e dan estas r si1nil:J.i-es ra~ones para justif.icar una derrota, es del caso preguntar si las desfavorables condiciones del tiempo no obraban también en contra de los que oolleron \'lctorlosos. perjudicándoles iguahnente en sus operaciones y transportes. Porque no es posible pensa.- que las condiciones del tiempo inclemente, resultasen pe.-jurl!c!:iles parn una. parte y fa,·01·ahle!-< para la otra. (N. del T.)
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