Pág. 32 ne~ del fascismo metieran violín en bo~sa :ifossol in i ha 'hablado •en 'l'urín y otros lugares del Piamonte con un lenguaje muy pareeido al de Chamberlain eon anterior;da:1 al Pacto de Munich; Hitler, por su parte. 11'.) ha vuelto a apoderarse de ninµ·(rn otra territorio. Quiere decir que la-; <;,<-ashan cambiado o que, por lo men().'3, tienJen a cambiar. Quiere decir que si en· vez de firmarse el vergonzoso Pacto de Munich, la escmad ra inglesa hubiese hecho un simple desfile naval, como lo sostenía Duff Cooper en la Cámara de los Comunes, no habría pasado nada. en Europa. Como tampoco h::tbría pasado nada cuando la invasión de Abisinia si los ministras ingleses hubieran clej~do de ir a pescar salmones un s'.)lo s-á.bado. }¡fientras tanto, la política terrorista del fascfamo y su cantinela del comunismo les ha permitido llegar hasta hoy en pleno ·i\Yance y ha hecho perder para las inter1\ses de· la democraciá a tres situacione~ {undamentales C'.)mo las de España, Che- <.:oeslovaquia y Austria. Cuando el agua les. ha llegado al cuello r'ecurren a lo que no debieron haber aban .. donado jamás: la alianza con la Unión ;:j:>vit'.•tiea.Daladier 1 el hambre de las dert'<:has <1 ne se pasó al li'ren te Popular ~on el puño en alto; Daladier, que v'.)ciferó a favor del pacto franco-.ruso; Daladier. que l1izo demagogia antifascista, se apresnró, en Munic'h, antes de Mun°ich, despnt\-;; de l\Iunich, a. abandonar la alianz2 co11 la. Unión Soviética. Hoy, empujadM por h realidad, se ven obligados a reconcc:er que no hay defensa posible de la democ:.racia sin el concurso de los trabaja.- Llore:-· -:,· que toda lucha coñtra el fascismo MA TTEOTTI será imposible o muy difícil si no se euenta con el apoyo de la U. R. S. S. El horizonte se aclara. En este terreno es posible llevar a cabo alguna tarea fc- •::unda. Pero no hay que confiarse demasiado ni dejarse marear por el optimismo. Los -conservadores de Inglaterra y ele Francia, en cuanta se hayan apagado los · ecos de bs últimos acontecimientos, tratarán de pactar nuevamente con el fascismo. Cha.mberlain ya habló de concesiones que es posible hacer en un terreno pacífico. El conflicto se planteará de nuevo. Las derechas democráticas, en definitiva, están dispuestas a pactar con el fascismo. En cambio, los sectores auténticamente democráticos, clase obrera en primer lugar, no pueden pactar con él. He aqu't la diferencia; la gran diferencia. La acción antifascista debe ser 1·obustecida en tcdo el mundo. Sólo las masas organizadas y con una clara conciencia de esta lucha podrán derr'.)tar al fascismo. El acercamient0 producido entre Inglaterra, Franeia y Rusia es, simplemente, un hecho favorable para el desarrollo de nuestra acción antifascista. Pero no es· un hecho o un acontecimiento definitivo. Nada más oportuno, entonces, que en este nuevo aniversario de la muerte de l\Iatt~otti, símbolo de las grandes lucha~ social~s del pueblo italiano y símbolo también de millare3. de antifascistas sacrificados por Mussolini y su banda de ase:-:inos, que tod'.)s aquellos que estamos irreductiblemente ubicados frente al fag. cismo nos pongamos alguna vez de acuer do y le demos a nuestra acción -común e1 sentido unitario y constructivo que la hora reclama. ::\Iendoza, junio ele 1939. •
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