Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

Pág. 28 tender, Ilegado el caso, a aquel joven heroico que hablaba claro, vehemente, sin rodeo., enfrentanclo la tormenta fascista eon atrevimiento alentador. h:t última vez <1ne vi a l\Iatteotti, fué en el rápido Florencia-Roma. Día triste para mí. La noche anterior había vuelto, secretamente, a Florencia -de donde el Fascio me había bandido- para despedirme de mis padres, antes de tomar el camino del destierro. ¡ No debía yerlo:-; más, a mis pobres viejos! Han muer.'to con mi nombrc en los labios y su último pensamiento, estoy seguro, lo sé, ha r,;ido para el hijo ausente. Dispénsenme los lectores si hahlo de mí mismo: hay recuerdos q11eduelen y que se alivian al manifestarlos. En el tren, pues, en aquella mañana de abril de 1924, fecha para mí doblemente memornnda, encon1 ré a Giácomo 11:a!·. teotti. Era set'eno y rebosante de Yida. Durante algunas horas aunarnos nug~tras esperanzas en nn nnico ensueño, él de una Italia libre y redimida. Luego, en Roma, M A T T E·O TT I nos despedimos con un fraternal apretón de manos. ¡ Nnnca le 1 he vuelto a ver, ::il caro y grnnde amigo! Qnienes han presenciado el último cli:~- curso de Matteotti en la Cámara. me han asegurado que Í.Jl, snperándo. e a sí mismo en audacia y e~ inexorable dialéctit:::t, hizo el proceso al "duce" y a lo.· métodos fascistas en términos que la posteridad, un día, hará suyos. Y el '' el uce' ', perdido ya todo. contralor de sí mismo, halló •tan sólo un argumento contra el rebelde que se negaba a callar. -¿ Q11éhace, Dumini? Era la condena a muerte. El fiel D11mini, Yeinte veces asesino, la ejecutó el 10 de junio de 1924. Empero, la voz de Giácomo :\Iatteotti que quel'íase sofocar, se ha tornado más alta e inexorable: ha entrado en la Hi. - toria. ¡ Es la YOz misma de la J nstieia '.

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