Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

es ese eJ:lgendro de los cam~s negras, truculentos, bárbaros y crueles con sus propios hermanos. Es el fascismo, ese régimen concebido por instintos satáni- ' cos, régimen de violencia y de tiranía que· está desnaturalizando. las esencias democráticas de la buena Italia y destruyendo la fisonomía galana de ese país en que vivía concentrada toda la gracia pagana de la latinidad. Es el fascismo, detritus de ambiciones fantásticas y cri- ~inales, demencia, de ensueños imperialistas, quien ha lanzado sobre España, no milicias populares · o legiones conscientes, como no podía ser; sino legiones mercenarias reclutadas en las zonas irresponsables de la miseria y la desesperación. Por eso constituye el trágico estandarte de las huestes invasoras lanzadas por ·el Duce sobre las cenizas y los cementerios de la España mártir, no aquellas rojas blusas garibaldinas que :eran un honroso -emblema de ideal, sino la tétrica camisa negra· de los · espectros macabros del fascismo.· · Y nosotros, los españoles i-epublicairos, que tenemos una conciencia del derecho forjada en una gesta de siglos, que pedimos libertad y justicia para nuestro pueblo, y que tenemos un alma templada para resistirnos al dolor y a .fa· injustiéia; y un corazón honrado para el bien y para la gratitud, no podemos confundir a los· ejércitos ·mercenarios del fascismo asaltante y ;vandálico, con· el verd'adero · pueblo de I talía, · la' iloriosa hermana latina, víctima también· de la opresión fascista, verdadera esclavitud que ata sus brazos y áhoga sus voces congestionadas. en clamores de libertad. No podemos olvidar que Italia, la Italia celosa de su· libertad y de sü cultura moral que hoy se estremece bajo el yugo fascista 'y reaccionario en arrebatos de protesta concentrada, y que ha tenido ya su doloroso martirologio : los Matteotti, los Rosselli y tantos otros, no podemos olvidar, repito, que esa Italia sufre también por la tragedia de España tanto como por la ignomini_a de la invasión fascista que compromete ante el mundo civilizado el nombre de la patria y de su bandera. No puede olvidar el pueblo español que la Italia liberal, ajena a las determinaciones dictadoriales de un gobernante vesánico, está con nosotros, ayudando a los nuestros con su estímulo moral y material, con su protesta vibrante contra las expediciones criminales en la Península, con su colaboración solidaria en el exilio y en todas partes, y en las mismas trincheras con brigad;:is heroicas como aquellas que bajo la consigna garibaldina, contribuyeron a rechazar briosamente los malones rifeños y fascistas en las faldas del Guadarrama y en las llanuras del Alcarria. Y no podemos olvidar tampoco a esas masas de hijos de Italia. reclutados engañosamente, que, conscientes de la ignominia perpetrada contra España por sus caudillos militaristas, r~accionan contra su falso destino y se quedan en nuestro suelo prefiriendo compartir la noble fraternidad hispana a volver a vivir en sus propias tierras bajo la esclavitud fascista. TIRSO LORENZO. MATTEOTTI- XIVANIVERSARIO• 38

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