ARMANDO ASPETTATI EL SUBLIME MARTIRIO Han pasado 13 años desde el martirio de Quien ha sido el más digno, el más bueno, el más valiente, el más fiel, el más devoto de nuestros jefes. Trece años pasaron desde cuando ejecutaron el más feroz, el más orrendo de los delitos, sin embargo no se ha dicho todavía lo suficiente para exaltar la gran figura del más fuerte de nuestros héroes y para execrar la infamia inicua y salvaje de los asesinos impunidos. He conocido Giacomo Matteotti en 1917, cuando fué fundada la edición romana· del "Avanti! ", y siendo Él uno de nuestros más asiduos colaboradores. he podido apreciar todas sus bellas cualidades de propagandista incansable, de estudioso, de escritor brillante y fecundo. Él era de una actividad maravillosa. Era en aquella época muy joven, es cierto, pero lleno de energía, d!! fuerza y de salud; era dotado de una fibra robusta y vigorosa; y a pesar de ser todavía tan joven, se puede decir que ningún compañero dió al partido tan útil rendimiento como el que dió Giacomo Matteotti. Su actividad era fantástica. Después de las elecciones legislativas de 1919, las que mandaron a la Cámara alrededor de 150 deputados socialistas, Él fué nombrado Secretario del Grupo Parlamentario y esa fué una gran fortuna para nuestro Partido, porque dicho Gropo nunca funcionó con tanta disciplina, con tanta regularidad, con tanta -exactitud, como en aquella época. Era suficiente dirigirse a Él, por cualquier cosa, relaccionada con el Partido, para que nunca dijera que no. Era afable y sonriente con todos; su amable sonrisa, característica, lo hacía respetado por todos, aún por sus más decididos adversarios. En el Grupo Parlamentario, puede decirse que hacía todo Él; preparaba proyectos de ley, redactaba relacio- ·nes sobre los más importantes problemas, tomaba parte en las más árduas discusiones de la Cámara, y después, cuando los demás se iban, Él se quadaba en las -oficinas de la secretaría del Grupo para escribir algún suelto para el "Avanti ! ". Tenía m¡a especial preparación para las cuestiones financieras, las que trata- _MATTEOTTI ba con agilidad y claridad insuperables. Sus sueltos eran verdaderamente apreciados por la profundidad de la concepción, por la soltura de la forma y por la elegancia del estilo. Nosotros, los redactores del diario del Partido, estábamos de parabienes cuando se presentaba en nuestras oficinas lasimpática figura de nuestro estimado compañero, con las carillas del artículo en las manos. Serrati, que en aquel entonces era el director del diario, decía que Matteotti era uno de los mejores escritores del Partido y tenía plenamente razón. Cuando nuestra querida Italia empezó a ser funestada por la barbarie fascista, Giacomo Matteotti la combatió con todo el vigor de que era capaz. Fué entonces cuando se revelaron, además de las que ya se le conocían, otras prendas de su alma sublime: un coraje leonino y la serenidad y la fuerza del héroe legendario. Él fué un enemigo tenaz e invencible del régimen fascista. Para combatir el fascismo, Él centuplicó su energía inesaurible. Giacomo Matteotti fué verdaderamente un peligro serio para el fascismo y es por eso que en el cerebro infermizo de Mussolini, ya desde el verano de 1923, fué madurando poco a poco la idea malvada de la venganza, con la supresión del hombre temible y temido. A las primeras incitaciones vagas al asesinato, a las primeras amenazas veladas siguieron las intimidaciones claras y terminantes. El 3 de mayo de 1924 Mussolini, quien ya había decidido el delito, hizo publicar en el "Popolo d' Italia" un ignominioso artículo, escrito de su puño y letra, en el que se leen estas frases repugnantes, dignas de un cobarde: " Por lo que se refiere al Matteotti, vulgar mistificador, conocidísimo bellaco y despreciable alcahuete, será bien que se cuide, pues si tuviera que encontrarse uno de estos días con la cabeza rota, no tendrá absolutamente, el derecho de quejarse, después de tanta ignominia escrita y suscrita ,,. La sentencia de muerte contra Giaco-
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