NIGOLA CILLA el ejército del trabajo avanza, apareciendo en el umbral de este siglo con perspectivas cada vez más amplias, de nuevas luchas y nuevos triunfos. Pero, el régimen burgués engendra en sí mismo la guerra. Y la guerra estalla, incendiando toda Europa, destruyendo millones de vidas humanas y miles de millones de bienes. Nunca la historia había registrado, desde el orígen de -la humanidad, semejante tragedia colectiva! Cbmo en una visión de Apocalípsis, sobre los inmensos destrozos materiales, caen también en ruinas los viejos poderíos. ¿ Es el reino del Anticristo que toca a su fin? Ahondá el milenario imperio de los zares, el más poderoso de la tierra, y con él desaparecen también los imperios de Alemania, Austria y Hungría. El mapa geográfico de Europa se transforma por completo. Un orden nuevo surge, desde el Mar Báltico hasta el Pacífico, abrazando más de la- sexta parte de la superficie del globo; y repúblicas democráticas se constituyen en los países antes dominados por Guillermo II y Francisco José. No obstante, el régimen burgués vuelve a la .revancha en todas partes. Ejércitos blancos, a sueldo del extranjero, lanzan sus ataques contra el mayor enemigo, la nueva Rusia, y son rechazados; pero la reacción consigue derrocar el poder proletario que se acaba de implantar en Hungría y Sajonia, y, años .después, se extiende a Italia, Polonia, Yugoeslavia, Bulgaria, Portugal, Desde enton;:es, parece que la vieja Europa recaiga bajo la tiranía. En la semifeudal España, la monarquía borbónica, que se había mantenido apartada de la conflagración 'mundial, estrecha también los frenos, con Primo De Rivera ... Sólo queda, aislado, el inmenso estado proletario de los soviets que, derrotados sus enemigos, se absorbe en la construcción· del socialismo. En estos últimos años, regístranse otros fracasos proletarios: el rápido derribamiento del régimen democrático en Alemania, y la gloriosa caída de la Comuna de Viena. Llegando a este punto, el proletariado mundial ha tocado el fondo del abismo. Pero, desde el extremo occidente de Europa el sol se levanta. España, sacudiendo el yugo monárquico y jesuita, proclama su República de Trabajadores. Ahora la historia se repite: ejércitos blancos (o sea ... moros de Marruecos, rubios de Alemania, morenos de Italia y abigarrados del Tercio), a sueldo del extranjero, lanzan sus ataques contra la nueva España. Y sin embargo, del mismo modo que Deníkin, Kólchak y Petliura no pasaron en Rusia, Franco, Mola, y Queipo de Llano no pasarán en España. Para profundizar el sentido de está página de historia, que está escribiendo con su sangre el pueblo ibérico, no ha sido inútil, tal vez, el resumen que precede, puesto que sería dificil comprender la situación actual de un país, considerándola desligada de sus antecedentes y fuera del marco social que la encuadra. En tal forma, entendemos que, en su marcha hacia el socialismo (y empleamos la palabra socialismo sin darle una significación partidaria, sino como sinónimo de progreso, libertad, civilización) iniciada 44 ________________________ MATTEOTTI
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