Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

______________ __________ MARTIR HUMANO con su deber, mofándose, peligrosamente, empero utilmente, de sus adversarios: avisados, demasiado tarde, que la barbarie es a menudo par a la estupidez. Quedó joven, aún después de haber subido toda la cuesta en cuya cumbre lo esperaba el sacrificio supremo. También sonrió cuando le advirtieron de la emboscada (porque había recibido exacta advertencia) en homenaje a su fórmula heróica de que "nada se puede hacer, si han de tomarse siempre todas las precauciones". Por eso mismo, porque esa devoción a la causa fué en él verdaderamente. humana, aunque inflexible y total, injustamente se creería que Giacomo Matteotti omitiera los medios de acción menos heróicos que las vicisitudes de la vida ofrecen también en, las horas trágicas de la historia. Dispuesto al sacrificio, sí; desear el suicidio, no! Así él no asumió nunca las que fueron llamadas "poses gladiatorias", así mismo no se dejó tentar nunca por las actitudes extremistas y voluntaristas. No cambió las directivas, ni por temor ni por altivez. Y cuando el fascismo, de caótica sublevación anti-obrera, dió síntomas de transformarse en régimen totalitariamente liberticida, Giacomo Matteotti sintió, primero entre todos (y el hecho muy poco conocido merece ser rcordado), que hacía falta pedir a la solidaridad internacional los medios de resistencia y de renacimiento , · qqe faltaban en el interior. Y yo lo veo y lo óoigo aún, cuando, apoyado a una de las altas librerías de una larga sala luminosa de la biblioteca de Montecitorio, en una tarde de verano de 1923 (ya los partidos del Centro -los católicos, los liberales y los llamados radicales- habían abandonado los partidos de extrema izquierda en la defensa de las garantías constitucionales), Matteotti me preguntó qué pensaba yo de una eventual· decisión de transferirnos al exterior para desarrollar en pleno y más eficazmente, desde afuera, la batalla que en el interior parecía ya com-~ prometida. En tlse entonces no consentí, ni tampoco disentí, porque el problema me tomaba de sorpresa; pero más tarde he pensado a menudo en su previsión sin prejuicios, que sometía a examen con la misma tranquila serenidad, todos los medios de lucha: los que dentro <le poco lo habrían llevado a la muerte, y los que le habrían permitido dedicar a una. lucha no menos tenaz, una vida menos acechada por el peligro. Porque, justamente en esa comprensión, que nunca se autoexaltaba, y se mantenía constantemente realista, está el sello de la profunda humanidad de este mártir nuestro, el que nos invita al abrazo antes que a la genuflexión. Otros mártires, no menos dignos, son y serán recordados por menos tiempo, porque no han sabido del mismo modo arraigarse profundamente en los corazones. Y he aquí porque la celebración del aniversario no es para nosotros un rito, sino una necesidad. G. E. MODIGLIANI París, mayo de 1937. 38 ================================== MATTEOTTI

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