Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

• El trágico equívoco sobre el cual se apoyaron todas las ilusiones democrático-burguesas de Giovanni Améndola pareció súbita y definitivamen- .te denunciado y resue-Jto, por la evidencia misma de los acontecimientos, en q_c_tubrede 1922, cuando correspondió precisamente a Giovanni Améndola asistir impotente, en calidad de ministro del rey constitucional, al hundimiento, carente de gloria, de todos los puntales democráticos del Estado capitalista y a la traición de· la monarquía. Por· un instante la vergüenza y el disgusto tuvieron razón de toda su última esperanza. Al día siguiente del discurso del vivac, ningún diario reaccionó con más violencia contra el inverosímil exceso, que el cotidiano · que él, conjuntamente con Alberto Cianea, se aprestaba ya a transformar ··en· una magnífica tribuna del antifascismo y ninguna hoja, •mejor y con más implacable crudeza que el "Mondo", señaló la supina cobardía a.e aquel incapaz presidente de la Cámara que, pocos días antes, todas las izquierdas ··aclamaban como el más seguro tutor de las libertades. parlamentarias. Pero el eco · de su protesta no se ha apagado aún cuando · Giovanni Améndola, turbado ante el espectáculo de impotencia que ofrecen las ma- .sas, se ~ncuentra prisionero, una vez más, de sus· convicciones monárquicas y es condu<!ido nuevamente a confiar en la función conciliadora de la Corona. El 6 de _diciembre d e192"2, un .mes apenas desde el advenimiento de Mussolini al poder, es precisamente con la firma, de Giovanni Améndola que aparece en las .columnas del "Corriere di Salerno" este sorprendente lla- ·mado a la desistencia, al cual, por lo demás, él mismo reconoce una apariencia verdaderamente paradoja!: "Yo debo declarar -porque detesto las ambigüedades y las fanfarronerías- que en estos momentos ninguna oposición ·sería prácticamente posible. Yo quiero absolutamente determinar una tendencia espiritual cuando os declaro que yo no haría la oposición aunque ésta fuera posible. Las razones de esta actitud -que puede parecer para-· dojal- son .dos. Antes que nada creo que después de lo sucedido, es preciso extraer del hecho cumplido el mayor. bien posible para el país. Y bien, nosotros dejamos sin solución desde ef día del armisticio problemas gravísimos y siempre urgentes que no han podido ser resueltos a causa, no por cierto de la mala voluntad. de los hombres, sino de la inestabilidad de los gobiernos. . . Hoy poseemos, por primera vez, un gobierno que no tiene ante sí ningún límite de tiempo y que dispone de la necesaria libertad de· acción. Es-; necesario aprovechar esta circunstancia para resolve"r finalmente dichos problemas. En segundo lugar estoy de acuerdo con el honorable Mussolini .a propósito de lo que éste ha manifestado en el Senado: es decir, que el fracaso de esta experiencia representaría para Italia una desgracia incalculable. Yo no sé si es por las mismas razones que estamos de acuerdo.- Por ~i parte creo que la gravedad de los problemas y de la situación, así como los antecedentes de la crisis del octubre pasado, constituyen elementos suficientes. para justificar el juicio que Italia no pod1;ía resistir nuevas sacudidas sin un .grave peligro." En vano, sin embargo, Giovanni Améndola invoca '-en la espera del imposible milagro- la tr~gua. La guerra civil que el fascismo desencadena bajo la protección de la ley confiscada en su provecho·, no tarda en efecto en empujar a la lucha a todos los italianos que conservan todavía viva la preocupación de pern¡anecer a cualquier costo hombres libres. A estos combatientes, Giovanni Améndola ofrece en primera línea un magnífico ejemplo de coraje, de abnegación, de serena e indomable fe. Es él quien en vísperas de las elecciones de 1924 afirma estoicamente que, saliendo a la calle -a despecho de todas las persecuciones y de todas las amenazas- el antifascismo ·debía demostrar que la vida pública, para quien la comprende en su más noble significación, comporta una propia y rigurosa disciplina, que impone, a quien la acepta, de no abandonar a ningún ·precio las posiciones más ·combatidas, de permanecer firme en su puesto en la hora en que todas Jas perspectivas parecen cerradas, de resistir por resistir, sin miedo. y_sin es·peranza. ·"Cuando tódo es oscuro a nue·stro alrededor y la voz. de la esperanza calla en ·nuestros corazones, es cuanMATTEOTTI e XII ANIVERSARIO

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