Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

tor activo en la acción en pro de una rápida y justa paz. Intervencionismo revolucionario o jntervencionismo reformi:sta, ambos excluían la reducción al mínimo denominador del '' neutralismo". Turati y el 1sagrad·o egoismo' No hubo en Italia intervencionismo revolucionario. La acertada intuición que a fines de 1914 había inspirado los artículos del Grido del Popolo fué ahogada por el aisla.miento provincial y por la total inexperiencia política. 'fampoco hubo intervencionismo reformista. Se referirá a él Felipe 'furati en el discurso pronunciado en la Cámara el 20 ele mayo de 1915, cuando después de haber criticado la neutralidad del "sagrado egoísmo" esbozaba el siguiente programa: "Un gesto concertado con las potencias neutrales que pusiera como compensación ele la neutralidad la evacuación de Bélgica sacrificada y tracionada, semejante gesto, sin la mezquindad de otras pretensiones clictacfas por el egoísmo territorial o mercantil, hubiera podido señalar una estela luminosa en la historia." 'fura ti agrega que: '' no sabría ser tan sabio un intervencionirsmo capitalista burgués. Pero por otra parte la tesis, sostenida por un momento, en la discusión de ]os plenos poderes no fué hecha propia por la corriente reformista, la que se retiró en el seno de la unanimidad del partido bajo el lema de "no adherir ni sabotear" lo ' que' permitía realizar aqueJla obra de "Cruz Roja civil" a que había aludido Turati en su discurso y que inspiraría luego 1013manifiestos de las administraciones comunales socialistas de Milán y de Bolonia. Benedetto Croce en su Storia d'Italia, a este propósito, emitirá un juicio muy severo. '' En realidad (los socialistas), escribe, acostumbrados también ellos a to- 20 mar sus resoluciones en paz, a maniobrar entre los espíritus rebeldes y el espíritu gubernativo, a ahuecar la voz y levantarla en las manifestaciones y mitines públicos y conversar plácidamente en privado y en sus relaciones · con el Estado y con las administraciones, carecían de aquel valor que no faltó a los hombres de gobierno para hacerse un ánimo adecuado a la nueva situación. Y se obstinaron en -un no que estaba en contra de su íntima conciencia y los colocaba mal consigo mismo.'' lmpreparaé:ión de las masas Este juicio del filósofo napolitano es injusto, porque simplifica demasiado la '' crisis de conciencia'' de aquellos socialistas italianos que él califica de evolucionistas. El grupo que tenía como jefe y maestro a Felipe 'furati consideraba al partido y al proletariado no maduros para cualquier política autónoma. Cuando en 1911 Bissolati fué a visitar al rey, Turati plantea así el problema: "¿ Participación en el poded Se debería, quizás; no se puede por cierto". Existe un obstáculo insuperable, la impreparación socialista de las masas: "t, Qué es hoy el socialismo en Italia 1 El apenas si ha logrado. rozar la epidermis ele las muchedumbres; allá donde penetró algo más ; en algún oasis mej-or organizadQ sirvió, y no podía ser de otro modo, a intereses, que aun no despreciables, son seguramente limitados y estrechos". Con semejante irnstrumento no hay participación posible. Tura ti tuvo siempre '' vivísimo'' este sentido casi religioso del deber de renunciar a subir solos aun cuando se subiera con las intenciones más .,.puras''; él quería una política, no una aventura personal. E1sto explica también por qué fué contrario a la guerra líbica que distraía el pueblo italiano de la larga y laboriosa formación de

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