Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

demás países y cuando hubo discrepancias e inamistosidad con el fascismo, éste se debió, no al hecho de las matanzas de los socialistas o porque estrangulaba la libertad civil, sino porque se le reconocían propósitos imperialistas en contraste con los propios. Durante los primeros años después de la marcha sobre Roma - y los italianos lo aprecian mejor que yo - tal vez un frente único de-las tres democracias (Francia, Inglaterria y Ailemania) hubiera podido provocar la caída _de la dictadura romana y liberar definitiv:amente a Europa de la peste fascista: ningún pueblo del mundo hubiera tenido deseos ele imitar el ejemplo italiano. Pero como la,s potencias democráticas nunca se preocuparon de defender su común base ideológica, sino solamente pensaron atraer a Italia en el juego de. sus intrigas diplomáticais, pudo el fasc.ismo, fortalecido en Italia, expandirse más allá ele los Alpes. Sin el fascismo italiano no se concibe el nazismo a"lemán; sin l\Iussolini no se concibe Hitler. La consecuencia •<lela cobardía y de las intrigas diplomáticas para con el fascismo italiano es que en la actualidad en Europa, en lugar de un solo fascismo existen dos -las especies menores poco cuentan -, y que además es necesario aliari:,;econ uno para defenderse del otro. Otra consecuencia es que en la lucha contra el Huevo facismo, el alemán, hay que re~rnnciar, o se cree que hay que renunciar, a la bandera de la libertad elemocrá4ticacon la que en 1918 se ganó la guerra !Uunelial, pues Hitler, en la cuestión de la anexión de Austria o de la conscripción obligatoria, tendrá siempre detrás de él la mayoría del pueblo alemán. En Alemania la gente no dejará nunca de preguntarse: ¡, por qué Austria no debe tener derecho a ]a autodecisión ~ R, Y por qué precisamen~ te a Alemania debe prohibírsele una 16 organización militar que existe en casi todos los demás países 1 Sí, por el contrario, las potencias europeas contestaran a los que hoy detentan el poder en Alemania que ellos por su falta de condiciones morales se han excluído del concierto de los· países civilizados y que por lo tanto no se les puede hacer ninguna concesión en terreno del rearme, porque a los locos y a los criminales en ninguna parte del mundo se les otorga el derecho a la portación de armas, entonces si manifestaciones de tal naturaleza se hubieran formulado, no sólo serían entendidas y aceptadas por todo el mundo fuera de Alemania, sino por las mismas masas alemanas que las interpretarían como la palabra ele orden ele la liberación. Pero manifestaciones de esta .naturaleza y una acción concordante con ellas no son hoy posibles porque actualmente afectarían también a otros a quienes no se les quiere afectar porque se les necesita. Y manifestaciones de esta naturaleza ehocarían contra el maldito principio de la. no intervención que establece que· todo país puede adoptar la antropofagfa siempre que se devore a sus propios hijos y no a los extranjeros. Esta teoría idiota quizú1:,responda no tanto a los intereses rC'ales cuanto a los instintos de una grande burguesía que asiste con ánimo satisfecho a las masacres ele los marxistas más allá de las fronteras de su país. Pero ella no advierte ni quiere advertir que al nüsmo tiempo va a la ruina todo lo que en la época de la ascensión burguesa se había alcanzado en el campo de la cultura polítfoa. Así vemos hoy a Europa colocada ante el problema elebuscar una salida de su esclavitud sin una nueva guerra que podría significar su auto-liquidación, y nadie se atreYe a decir si encontrará la solución ele este problema. FRI EDRICH STAMPFER Ex Director del Vorwaerts" de Berlín"

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