Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

VU ANIVERSARIO cion socialista ùcl post-guerra corno una sucesion dc agitaciones puramente ,demagogicas. F]l Partido rctomo su accion positiva, quc traùujo en la conquista de las ocho horas, en los contratos colcctivos dc trahajo, y, cn fin, después ùe la famosa ocupacion de las fabricas, en la conquista (que qued6 del toJo teorica) del contro! obrero cn los talleres. Es propia,mentc con.tra csta accion, posi ti va, que lesiona ba una infinidad de intcreses, que se fué formando un bloque dc fucrzas agrarias e industrialcs, que no <leblan tardar mucho en abandonar d terreno dc la· legalidad y tornar la cl ireccion dc la guerra civil, confiando a las hordas fascistas la defensa cle siis. pri vilegios. El momento psicol6gi2·0 · de la fo1:maci6n, cn potencia, de ésté bloque, fué la ocupacion de las fabricas, cuando cl movimicnto socialista domostr6 su incapacidad revolucionaria, sus vacilacio1ks en la accion, sus contradiccio·nes iiitbi'r1iis, mientras el Estado liberal, a su vez1 aparecfa a los o.ios del capitalismo corno demasiado débil y descuidaclo. Entonces, los dados fueron echados y la burg-uesfa pas6 virtualmente el R u b i c 6 n del constitucionalismo, danclose a la aventura que dcbfa conducir al fascis•mo. El Partido Socialista contaba en aquel momento con 200.000 afiliaclos; la '' Confederazione' del Lavoro'' agrupaba do:~ millones de traba_jadores; la rnasa del partido rstaba formada dc 1.840.593 electorcs con 156 representantes al Parla.mento y 2.000 rnunicipios, ademas, 8.000 cooperativas cle consumo y de trahajo, cuyo monto comcrcial /:!:iraba por mil quinientos milloncs ~' atcndian, con rara . int-cligencia, cmprcsas colosaìes. Pero csta fuerza, dcspués de la ocupacion de las fabricm,, cstaha ya quebrantada por la desconfianza y la esci si on (Livorno 1921). Un partì<lo no puede encerrarsc cn una especie dc misticismo rc,·olucìonario . abstracto, las ocasionc~ perdiclas diffcilmente vuelvan a encontrarse, ni un pais puede quedar mucho ticmpo en una situacion q11e se traduce por la carencia de pocleres pùblicos. Cuando Claudio Treves clecfa cn la Camara: "Vo:;otros, los partìdos burgueses, no podéis gobernar •mas, por que os falta la autorìclad; cl proletariado no pucde aun gobcrnar por que aùn no esta maduro para el poder", traducfa, tal vez, la verdad objeti va de las cosas, pero también su lado tragico, ya que la vida no puedc tolerar soluciones de continuidad. El proletariado estaba. hist61·icamentc llamado a tonrnr cn sus manos la direccion de la vida nacionnl, y a crear el Estado Republicanò y Socialista. Para impedirle de asufr,ir esta funcion, para alejar el espcctro de la rcvolucion socia!, cl capitalismo hizo surgir dc su seno al fascismo y le delego los podercs del Estado. Hasta fin del afio 1920, cl fascismo tiene una fuerza que pasa compìctamentc desapercibida. l\Iussolini habfa fundado cn cl mes de marzo de 1919 sus '' fascios'' llamando a sus fih1s un cierto numero dc socialistas y sindicalistas cx intcrventistas, los cuales tenf.an de lazo cornun, una confusa aspiracion revolucionaria, un cspiritu jacobino y por ende patriotico, y el oclio por cl movimiento socialista. Su prog·rarna, corno, diez aiios mas tarde, el programa del jcfc fa.-cista alcma.n Hittler, era una mezcolanza dc cosas, las mas disparatadas, dcsdc la repubìica a la abolicion de las prcbendas parroquiales, desdc el control obrero cn las finanzas hasta la socializacion del subsnclo, dcsde cl impuesto al capita! a la supresion del Senado. Los fascistas no se proclamaban antisocialistas, sino antibolchcviques; criticaban el parlamentarismo, pero no dec1an dc querer suprimir ìa dcmocracia; oponfan al "laisscz-a1lcr" liberal, cl principio dc una democracia autoritaria y jacobina. Si se tra.taha dc la lucha contra la carestia dc la vida, del mcjoramicnto dc salarios, dc la oeupaciun dc las fabricas, si se trataha dc haccr la demagogia contra la monarquia, contra la ig-lesia o contra la plutocracia, :Mussolini tomaba sicrn prc las actitudcs verbalmente mas radicalcs y cxtremistas. Y em que la burguesia encontraba ma.- quc inoccntc cl jurgo ùc

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