FERNANDO SCHIAVETTI En Roma, durante la "Crisis Matteotti" QUIEN ha asistido personalmente, en un gran centro politico, al espectaculo de disgregacion y de cobardfa que ofreci6, en los dfas <le la desaparici6n dc Matteotti, el pat• tido fascista, sabe que pensar del coraje, de la fe y de la real consistencia espiritual de la gente quc se reune en torno del '' nuevo régimen' '. Y es muy oportuno recordar, hoy, aquellos dias, no tanto para deducir de aquella cr6nica tragica los ele.mentos de una aristocratica valuaci6n moral, cuant) para tener hien presente con que subitanea rapi<lez pueden ser derriba.das, en determinadas circunstancias, las situaciones politicas, en apariencia las mas graniticas. '' Meminisse juvabit !''. Yo estaba en aquellos dias en Roina, donde dirigi:a "La Voce Repub- 'blicana". La primera alu i6n a la desaparici6n de Matteotti me fué hccha por el Diputado republicano Morea, mientras asisiiamos a una recepci6n ofrccida a los diputados de nucstro partido, en Trastevere, la noche del 11 de junio de 1924. Recuerdo perfectamente el tono un poco preocupado y un tanto chistoso FERNANDO SCHIAVETTI: con quc el joven diputado de las Marcas mc <lijo que '' desde el dia anterior, Matteotti habia dcsaparecido ", y que parecfa hubiese sido raptado por los fascistas. Nosotros estabamos todos un poco acostumbrados a las violencias fascista.s y en el momento, la nolicia no nos hizo una impresion mayor <le la que nos hubiera hecho, en la guerra, el aprender que un aanigo nuestro habfa sido aJcanzado, a cincucnta metros de distancia, por una baia cle fusi} en la espalda. Hoy a mf, mariana a ti! Pensamos vagamente que dentro cle uno o dos dfas el Diputado sociaìista habrfa vuelto a documentar un nuevo acto de violencia de los sccuaces del "duce", y hablaimos de otrias cosas. Por el contrario, el clfa después, no s6lameute se sigui6 sin noticias sobrc la clesaparici6n cle Matteotti, si. no que la.s voces mas alarmantes se difundieron sobre la suerte del mismo. Se hablo de captura y de asesinato. Aquella inseusibilidad relativia que la costumbre a las prepotencias y a los · Periodista republicano, Fernando Schiavetti dirigi6 con ·gran pasi6n "La Voce Repubblicana" en los afios tempestuosos de la dictadura, imprimiendo al diario la entonaci6n moderna y valerosa de un repnblicanismo socia], preocupado de edificar el Estado Republicano sobre la solida base de los intereses de la clase trabajadora, intereses que se identifican con los de la colectividad. En el destierro desde el ano 1926, Schiavetti, después de abandonar la piuma para trabajar corno obrero linotipista, dirige en la actualidad una escuela popular antifascista en Zurich. flRNANDOSCHIAVITTI,
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