FRANCESCOCICCOTTI Porqué fué asesinado Matteotti GIACOMO M.;...~teotti fué la victima mas insigne del fascismo, mas su muerte sin eluda atroz, no fué el crimen mas horrendo de los perpctrados por la salvaje ferocidad fascista. Las matanzas de rrurin, Florencia, de la Maremma:; de Ravena, etc., tuvieron tales aspectos de vandalismo corno para obscurecer los horrores de la tristemente famosa '' noche de San Bartolomé'' y la '' marcha calabresa'' de Fra Diavolo y -del cardenal Ruffo. Pero, a menudo la historia presenta paradojas aparentes llcnas de 1.111 significado por demas sugestivo. ì\Iatteotti no fué la victima inesperaò.a del fascismo. 1''ué el martir predestinado del Ideal. Casi puede decirse que fué en busca del martirio y que de ese fatal viaje cada fase de su breYe existencia constituyo una etapa. Este "reformista ", este socialista '' moderado' ', tan enemigo a toda exageracion retorica y a toda forma de demagogia, nosotros lo encontramos constantemente en la vanguardia de todas las luchas socialistas de su tiempo y de su pais; en los momentos y en las situaciones mas peligrosas, sin preocuparse por la suerte de su persona. Cuanto mas prudente es su palabra, mas audaz es su actividad. No se limita a aceptar los riesgos de su accion, sino que, desafiandolos, se ofrece a los mismos con una determinacion tranquilamente heroica y sin la minima pose. Toda su exaltaci6n ardia en lo mas intimo de su corazon y é] la cEjmulaba con cl pudor de un enamorado del Icleal. Mussolini bien lo conocia desde hacia mucho tiernpo. El tirano de Italia, que es un astuto conocedor de las debilidades y de las clepravaciones de los hombres polWcos, odiaba y temia a Matteotti por su inconmovible pureza y por su batalladora intrausigencia moraL 'l'res meses antes de ser asesinado, Matteotti habia anunciado en la Camara italiana su programa y su plan ùe batalla contra cl fascismo y el Duce. -En vano - él dijo Cll aquella ocasion -- el régimell fascista procurara separar o cambiar el tencuo cle la lucha prometieuclo o lleYando a la practica reformas tal vez ùtiles y justas. Nosotros no lo dejaremos consolidar en el terreno politico corno a cualquier gobierno rcaccionario. Lo atacaremos en el terreno moral, porque antes de haber ofendido la libcrtad ha violado esa misma moral. Vosotros - termino diciendo entre los furibunclos gritos de los diputados fascistas - no sois reàccionarios: sois vulgares clelincucntes ! Los fa.scistas lanzaronse contra él; algunos de ellos empnfiando 1·evolveres. Serenamente, ì\Iatteotti cruzo los brazos a la espera de los acontecimientos, y cuando pudo seguir usando de la palabra, dijo: -Nuestro régimen interno interesa menos a la historia politica que al c6digo penal de nuestro pais.
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