Interrogations - anno V - n. 16 - ottobre 1978

DOSSIER CNT de negociar « en nombre» de los trabajadores, siendo las asambleas, o sea todo el mundo, quien negocia. Pero no hay que dar demasiada importancia a las demag6gicas y contradictorias declaraciones de los Comités. La verdadera justificaci6n de la necesidad de una patente organizaci6n para la CNT como para otras organizaciones « revolucionarias », es siempre la misma: una patente organizaci6n seria imprescindible para ayudar, impulsar, de hecho obligar, a los trabajadores a luchar contra su explotaci6n, para orientar y dirigir sus luchas. Los trabajadores, como niiios ciegos, necesitan del papa Lenin y de la marna Montseny para que les conduzcan de la mano por los buenos senderos. Detras de la obrerista jerga decimon6nica, siempre apunta el vanguardismo leninista. Las cosas como son, la autogesti6n de las luchas, la democracia directa que anula el pape! tradicional de los sindicatos, son hoy por hoy excepciones. Por ello la CNT puede seguir organizando el aburrimiento de sus militantes, mediante el simulacro ritual de una actividad sin sentido, las ceremonias reiterativas del sello y la cuota y el engalanamiento rojinegro de los cementerios revolucionarios. Yo no sé si la CNT va a convertirse pronto en un sindicato que acepte, si no todas, muchas de las reglas del juego « democratico », o si va a continuar durante afios manteniendo en su seno la actual lucha de tendencias, que les quita practica y estérilmente todo el tiempo a sus militantes. Pero dos afios y pico de existencia semi-legal y legal han demostrado el pape! fondamental - y positiva del punto de vista de la« democratizaci6n » del pais - que ha desempeïiado en la sociedad: reunir, canalizar y ahogar casi todo lo que de acrata existia y se manifestaba estos ultimos aiios en Espaiia. El espejismo de la eficacia y el mito de la Organizaci6n han conducido a numerosos grupos aut6nomos que desarrollaban diversas actividades, a meterse en CNT y encerrarse en polémicas estériles y en la alienaci6n militante. Las modernas sociedades industriales crean - voluntariamente o no - los instrumentos de banderin y enganche para agrupar y domesticar a los « revoltosos » y hacerlos desfilar detras de las banderas de las burocracias « obreras ». Para lograr tal objetivo paralizador, la CNT no podia ser, durante todo un periodo, s6lo un sindicato, debia aparentar ser algo mas para satisfacer los recelas antisindicales de muchas Iibertarios que estan - o han pasado - por CNT. En esta voluntad de proselitismo se encuentra una 115

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