Interrogations - anno V - n. 16 - ottobre 1978

CARLOS SEMPRUN MAURA Un sindicato, que sea un sindicato de verdad y que funcione como tal, no. La CNT, al querer ser las dos cosas (mejor dicho, siendo una mezcla confusa de ambas), corre el riesgo de no ser nada. Al mismo tiempo que rechaza con intransigencia las elecciones sindicales, publica en el editorial del m1mero de enero de 1978 de« Solidaridad Obrera » la significativa declaracion siguiente: « ( ...) no vamos a aceptar ningùn acuerdo en el que nuestros Comités no hayan participado ». Ademas de la practica « sindicalera » cotidiana, que constituye la base esencial de su actividad, declaraciones como ésta demuestran que existe en CNT una fuerte vocacion a transformase plenamente en sindicato, o esa a particip_ar activamente en las negociaciones de acuerdos con los demas sindicatos, la patronal y obligatoriamente el Estado, ya que hoy en dia el Estado es el patron de los patrones y un Estado patron. La transformacion total de la CNT en un sindicato mas, no tiene por qué llevarla a firmar pactos como el de la Moncloa, pero si a respetar en sus grandes lineas las reglas del juego que la sociedad industrial y la democracia parlamentaria imponen a sus sindicatos - siendo una de ellas la participacion a las elecciones sindicales. De no hacerlo, asi, carrera el riesgo de ser marginada, en tanto que sindicato, no solo por parte de los empresarios y del Gobierno, sino también por parte de capas importantes de trabajadores quienes piensan que los sindicatos deben « representarlos », negociar y obtener mejoras de su nivel de vida y de sus condiones de trabajo y en ultimo extrema organizar huelgas reivindicativas. En las proprias filas de la CNT existe este tipo de ilusiones, gentes que desean que sea un sindicato como los demas, aunque mejor... Dicho de otra forma, si queréis ser un sindicato, tendréis que pasar por el aro, como pasasteis por la ventanilla, so pena de aislaros, dejando a las demas centrales el terreno libre. Frente a las elecciones sindicales, la CNT propane un sistema asambleario, rechazando los comités de empresa permanentes, entre las elecciones, valorando la estrategia de delegados elegidos para gestioncs precisas y revocables a cada momento. Opone, para resumir, la democracia directa de los trabajadores, que se expresa a través de asambleas soberanas, a la « democracia sindical » que, pese a no ser verticalista y teniendo ciertas ventajas en relacion con el verticalismo de antafio, encubre, sin embargo, el intenta de dominacion por los aparatos politico-sindicales sobre los trabajadores y el mo112

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