DOSSIER CNT noso, a menudo aburrido, generalmente mal pagado, etc., todas las taras bien conocidas al respecto, se ve ademas obligado por su organizaci6n « liberadora » a reunirse semanalmente con otros metalurgicos, siempre los mismos, a distribuir octavillas y realizar otras tareas militantes tediosas, cuando a lo mejor él desearia participar en actividades ecol6gicas, en la redacci6n de un peri6dico o de una radio libre, en las luchas por intentar solucionar los problemas mas candentes de su barrio, o en lo que sea, con gente nueva para él, en actividades nuevas para él. Algo que tal vez le saque del circulo reducido de intereses y tareas en el que la sociedad y su sindicato le tienen encerrado. Perfectamente sé que nucleos de militantes cenetistas hacen cosas asi, pero ademds de su militancia sindical, ya que clicha estructura organica no puede dar respuesta a los problemas de los presos comunes, de los parados, de la « marginaci6n » social o sexual, de las mujeres, de los j6venes, etc. (adrede doy los ejemplos mas consabidos). Pero una tal acumulaci6n de actividades, las obligatorias y la voluntarias, convierten dichos militantes en activistas sin tiempo libre para dar un paseo o hacer el amor. No exagero apenas. En contrapartida de ese sacrificio, l qué les ofrece la CNT? Nada. A no ser que el simple hecho de poseer su carnet y de pagar sus cuotas, el simple hecho de ser de CNT, les satisfagan y que un peculiar masoquismo les haga depositar con fruici6n sus deseos personales ante el altar de la Organizaci6n. La CNT, como otras organizaciones, pide a sus militantes éstos y otros sacrificios en aras de una revoluci6n siempre por venir. Nada ha cambiado en este sentido, en la jerga enmohecida de las declaraciones y de la prensa de la CNT. Junto con diminutas, parciales y tradicionales reivindicaciones !aborales, se recuerda de vez en cuando, el viejo suefio de la revoluci6n « anarcosindicalista », que, un dia, tal vez mafiana, tal vez dentro de siglo y medio, pero un dia, liberara a los trabajadores del yugo de la explotaci6n y del Estado opresor. Pero, claro, para lograr tan luminoso objetivo se necesita una gran, potente, organizaci6n. La pescadilla sigue mordiéndose la cola y la CNT sigue sin decir ni hacer absolutamente nada coherente sobre la situaci6n actual, ni sobre la manera de enfrentarse con los problemas para intentar cambiar las casas, por poco que sea, pero aqui y ahora. Yo opino que el primer gesto, el mas elemental, de cualquier persona que se considere anarquista es negarse rotundamente a realizar cualquier tipo de actividad que juzgue sin interés o a 109
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