CARLOS SEMPRUN MAURA de diversa indole, pero con un contenido acrata, actividades que en todo caso los propios individuos hubieran elegido libremente, porque les daba la realisima gana, porque les interesaban, vaya, actividades para las cuales un teléfono es muchas veces suficiente, y siempre inutil el sello de cualquier sindicato. Pues no, se ha invertido todo el tiempo libre, todas las buena.,s voluntades, todo el entusiasmo, casi todo lo que de libertario andaba suelto por ahi para encerrarlos y encerrarlo en la noria aburrida y alienante de la militancia cotidiana. El militante de la CNT - de manera, desde luego, mas desordenata que en otras organizaciones - se ha convertido en el habituai recadero que lleva paquetes de un sitio a otro, pega carteles o sellos, desfila en tristes procesiones,. pierde horas y horas semanales en tediosas reuniones y asiste a la increible, grotesca y hasta tal punto insospechada lucha por el poder en los Comités, a base de zancadillas, insultos, calumnias personales y la mas fantastica ausencia de ideas claras, sin hablar siquiera de la menor discusi6n te6rica serena. Corno los cargos en los Comités no son retribuidos, puede decirse que la lucha por el poder a base de zancadillas y trapicheos es quimicamente pura. Se trata del poder por el poder, sin las ventajas materiales que le acompaiian en otras organizaciones. La prensa confederal oficial es bastante parca a la hora de rendir cuentas sobre esta situaci6n de pelea permanente entre los trepas, a fin de seguir manteniendo la ficci6n de« la unidad en la diversidad ». Pero el barullo es tal que no puede ocultarse. « En CNT, compafieros, hay una sorda lucha por el poder. Sorda, pero a gritos », puede leerse en la pagina 13 del n. 2 de « Bicicleta », que publica un «dossier» sobre el tema. [ ... ] En CNT existe hoy cantidad de tendencias y nucleos, cuyo enrevesado mosaico derrocha demagogia y verborrea por doquier, sin que las posturas y las propuestas de unos y otros estén claramente definidas y, por lo tanto, sin que pueda elegirse democrâticamente a favor o en contra de tal tendencia o tesis. Por ello, lo que mas se ve en el escenario de esta lucha por el poder es el enfrentamiento entre camarillas. Oficialmente, todos son « anarcosindicalistas » (cada dia puede comprobarse mejor la antinomia de ambos términos), pero en realidad son sindicalistas - o « sindicaleros » - autogestionarios, comunistas Iibertarios, .etc., etc., y se enfrentan en una confusa pelea, intentando poner a lor « suyos » en los 106
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