PEDROB. BARCIA ta:rea consiste en estudiar y asesorar al Presidente y ,a la propia Junta acerca de todas los proyectos de leyes que se les remite desde el Poder Ejecutivo. Consideran el texto y lo devuelven con enmiendas o no, insistiendo en su pronta sanci6n o en su sanci6n simple y llana. Establece ordenes de prioridad para tratar las iniciativas caracterizandolas coma de « signi- .ficativa ·trascendencia » par-a lo cual su sanci6n requerirâ la plena conform.idad de las tres Fuerzas o su anulaci6n. Es un resorte este tendiente a eliminar conflictos entre las tres Fuerzas e entroduce un cambio sustancial e inauditado en la estructura misma del Estado. Se trata, sin vueltas, de 1a estructura del poder desnudo. Pero este poder desnudo cobija en su seno al ministro de economia, el doctor Martinez de Hoz, apellido ilustre en el campo, ex ministro de economia del gobierno sem:ifrondicista que sucedi6 al del propio Arturo Frondizi. Los ricos del campo regresan con él, coma lo hicieron, eh media de la desperante crisis de comienzos de la década del 30, con Uriburu. Pero curiosamente no viene con un programa agradsta ni mucha menas. La depresi6n registrada en la administraci6n del Estado ha sida tan profunda, que los « ricos del campo » se limitan ahora a tratar de paner orden en el desquicio. El elan administrativo serio y sistemâtico de otras épocas, que presidi6 el momento liminar del crecimiento acelerado del producto bruto, es el pedestal sobre el cual descansa su programa. Un programa de orden en un pais desquiciado. Sus primeras medidas apuntaron, efectivamente, a consolidar ,a los sectores privados y a contener el desbarrancamiento de la administraci6n .publica. Pero en una visi6n mas profunda del problema estas parecen ser los limites impuestos por la administraci6n militar a sus prop6sitos genéricos. En realidad, un amplio programa de desnacionalizaciones fue râpidamente frenado por el gobierno militar. En carpetas existian proyectos para desnacionalizar una de las cinco gravemente de.ficitarias lineas ferroviarias. Sedan entregadas a un conjunto de intereses argentinos supuestamente sostenidas por capital japonés. Los japoneses, por su parte implantarian dos grandes plantas de elaboraci6n de productos ferroviarios, tanto pa:ra remozar y modernizar Jas cinco ramales ferroviarios coma para exportar en competencia con Brasil. Paralelamente, la progresi;va desnaciona1izaci6n del petr6leo, del gas y de los teléfonos, ofrecia las posibilidades de aliviar al estado de las fuentes mas gravosas de su déficit cr6nico, sin determinar despidos ni desooupaci6n. Sin embargo, el plan en su conjunto 34
RkJQdWJsaXNoZXIy MTExMDY2NQ==