Interrogations - anno IV - n. 9 - gennaio 1977

PEDRO B. BARCIA ejercitaci6n y formaci6n de cuadros aptos para la administraci6n y la conducci6n. Tanto los conservadores como los socialistas f.ueron maestros en este punto en .las décadas anteriores. Pero un alejamiento forzado de mas de una década y media {1941 a practicamente 1957, fecha de .los primeras comicios, para constituyentes, del postperonismo) .implic6 la pérdida .decidida de experiencia, formaci6n de cuadros, lucha civica de sucesi6n y adquisici6n de posisiones en .un Estado que, por otra parte se habia renovado y costituia un instrumenta mas amplio y sofisticado que el ultimo modelo conocido por el preperonismo. Las 'limitaciones aplicadas por Per6n a sus opositores alcanz6, de paso a su propio aglutinamiento politico. Mientras el yrigoyenismo 6 el conservadorismo eran formaciones basadas en una extensa gama de liderazgos (caudillismo) seccionales, parroquiales y provinciales, que admitian la coordinaci6n nacional de un solo caudillo en la cuspide, sujetos unos y otros a un lento proceso dentro del « oursus honorum », Per6n anul6 drasticamente todo competidor intermedio entre su poder y la base que lo sustentaba. Asumi6 por si la totalidad de la representatividad y dej6 sin expectativas de ascenso a cualquier grupo intermedio, quebrando asi todo ,vinculo con las generaciones intermedias y convirtiendo la ~umisi6n en la unica via posiible de cooptaci6n. Y cuando algunos competidores se presentaron (como era imposible que no ocurriera) los quebr6 sin miramientos, los redujo a la pris6n 6 la muerte segura. Hay dudas, incluso acerca de las condiciones de la muerte de su mas peligroso competidor: Eva Duarte. De modo que al concluir la primera época del peronismo, en 1955, ni los opositores ni el peronismo mismo disponian de otros cuadros que a-q,uellos con los cuales habian inciado el proceso. Pero entre tanto habia crecido una nueva generaci6n y otro estaba a punto de eclosionar. La primera de estas generaciones t-enia una experiencia politica limitadisima, constrefiida a la mera oposici6n y al clandestinaje, cuando no limitados a una mera funci6n administrativa en tareas absolutamente secundarias. Esta generaci6n, sujeta a una experiencia diferenciada, gest6 también un modo de concebir las cosas y el mundo también .diferenciada. La continuidad generacional estaba quebrada, el dialogo interr:umpido: el dialogo se convirti6 en un mon6logo de sordos. Y por ende, la renovaci6n sufri6 la mas dura experiencia, derivada del encastillamiento en posiciones 30

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