Interrogations - anno IV - n. 9 - gennaio 1977

PODER SOCIAL EN ARGENTINA La edad promedio de los principales dirigentes (socialistas, radicales, conservadores y demoprogr-esistas) en el parlamento de 1941 - ultima antes del advenimiento del peronismo y que Castillo deja cesante al implantar el Estado de .Sitio, osci- -laba en los 34 afios para los diiputados y en los 43 para los senadores. Los lideres de las Camaras tenian entre los 38 y los 48 afios. Eran, de hee!ho, los lideres, o al menos lideres significativos, de los mismos partidos. El propio Per6n tenia por entonces 43 afios. Los dirigentes de las Camaras, cuatro 6 cinco afios mas tarde, al inaugurarse el primer parlamento peronista y que orientaban la oposici6n a Per6n o bien los lideres de los partidos que no alcanzaron la representaci6n en los comicios de 1946, eran Ricardo Balbin (43 afios), Américo Ghioldi (47 afios), Arturo ,Frondizi (39 afios), Horacio Thedy (40 afios ), Adolfo Vicchi (46 afios) por no dtar sino alg;unos de ellos, entre la primera linea que era, con todo mas amplia y contenia nombres con poca mas edad (quiza no mas de 10 afios de diferencia con los nombrados). Treinta afios mas tarde, después de innumerables vicisitudes y de incontables procesos intermedios, al producirse los comicios de 1973 los hombres que Jideran la politica argentina son precisamente Per6n, Balbin, Ghioldi, Thedy, Vicchi... con muy escasas figuras adicionales, surgidas repentinamente a la escena politica y de escasa significaci6n, como Francisco Manrique 6 Ezequiel Martinez, postas de relevo forzadas para algunos sec- -tores aifectados por algunas muertes 6 retiros voluntarios del escenario. ('.Por qué este congelamiento? Per6n, al prohibir la politica y erigirse en el unico capaz de conducir, por amor o por fuerza, las riendas del Estado, de hee!ho la p.olitica misma, impidi6, basicamente, el proceso de vida politica normal. Bien que permitiendo la subsistencia formal y de fachada de los partidos opositores, les neg6 todo acceso al poder, los oblig6 a una dura vigilia entre las cuatro paredes de sus comités, quebr6, de hecho, el proceso .de sucesi6n y r·enovaci6n normal que, aun con tropiezos y luchas, venia cumpliéndose desde 1880 en fa vida ,poHtica argentina. Toda renovaci6n implica la conifrontaci6n de los nuevos afluentes. Per6n los estigmatiz6 de tal modo ique todo acer• camiento a un partido politico de las nuevas generaciones qued6 postergado tanto por razones de seguridad persona] como por efecto de la fiuerte presi6n del Estado en sus medios de propaganda. Por otra parte, toda renovaci6n imiplica la exigencia de una toma de experiencia en el poder mismo, la 29

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