Interrogations - anno IV - n. 9 - gennaio 1977

PEDRO B. BARCIA blema solo procuran trasplantar esquemas e ideologias prescindiendo de datos objetivos .que permitan, antes que nada, evalruar el real sentido del proceso. * * * Hace 60 o 80 afi.os atras era posible que un « rico » de Buenos Aires se hiciera acompafi.ar en su rutinario viaje a Europa por una vaca que, en el barco, le suministraba una adecuada cuota diaria de leohe fresca. Se la anécdota no es exacta, denota al menos la intenci6n y el calibre de las posibilidades de un grupo social poderoso y pujante .que, desde fines del siglo pasado y hasta bien cerca de la mitad del presente, constituia la espina dorsal de la actividad econ6mica y social del pais. Cualqruiera podria sintetizar .la imagen del « rico » en cuesti6n, en un hacendado de la provincia de Buenos Aires. Lo curioso es que la anécdota en si misma se le atrihuye a Ezequiel P. Paz, duefi.o del mas poderoso, por entonces, imperio periodistico argentino - « La Prensa » - defensor de las faces industrialistas y no de las ganaderas del pais, épico sostenedor del liberalismo politico. Los hacendados, por el contrario, vivian - y vi,ven - sumergi<los, en la gran mayoria, en su terrufi.o, y sus rutinarios viajes a Europa se hacian y continuan haciéndose a « todo trapo », pero no con tanta frecuencia y con menos alarde de poderio que una vaca en el barco. Los antiguos « ricos », por otra parte, no son ahora tan « ricos » para darse esos lujos. Buena parte de sus fuentes de ingreso han merma<lo considerablemente. En la provincia de Buenos Aires, erial de todas las riquezas y centro del gran latifundio prodiuctivo, a comienzos ,del siglo eran frecuentes - por no ·decir corrientes - las estancias de 60, 80 y 100.000 hectareas. Hoy es probable detectar una de 40.000 hectareas (la de Julio Pueyrred6n, en Viborata), pero seria difîcil encontrar dos 6 tres mas de tamafi.a extensi6n y riqueza. Paralelamente, la producci6n de la tierra ha disminuido a un promedio que representa el 50 por ciento del de comienzos del siglo. Y han proliferado las propiedades de menor extension - aunque grande si se sigiue el modelo de la propiedad agraria europea y aun de muchos paises de América del 1 Sur - ,que tienden a la extension de una clase media agraria antes muy reducida. Un equivoco corriente, tanto dentro como foera de Argentina, tiende a identiJicar propiedad agraria con poder politico, ganadero con « duefi.o » del pafs. Por eso hay .que puntualizar 8

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