Interrogations - anno III - n. 8 - settembre 1976

NACIONALISMOS cl hambrc, y en la imposibilidad de generar intcrnamente un remcdio a tan dramâtica situaciôn, Pinochet encuentra las puertas ablertas al contar con un vecino contingentes riquezas naturales, que en alguna medida puede aliviar esta desastrosa situaciôn. La caracteristica, y ya tradicional, ineptitud de la diplomacia burguesa bollviana, no ha Jogrado siquiera que el gobierno chileno mencione el terne. de la salida al mar en el acta de Charafia. La derrota diplomatica de Banzer ha sido tan clara que la misma burguesia boliviana se ha visto de!raudada por las negociaciones y ha hecho escuchar su voz de protesta. Para terminar diremos que dada ln. actual correlaciôn de fuerzaz en América Latina y de la naturaleza clasista de sus gobiernos, la soluciôn de la mediterraneidad de Bollvia es imposible. FRA boliviano - Paris 1975. Acerca del problema maritimo La aspiraci6n del retorno al mar es una cuestiôn nacional. Es algo que uni!ica a las masas de un modo tan suficientemente amp!io, que desde el fin de la Querra del Paci!ico, ha sido hasta hoy, uno de los aspectos claves en la polftica exterior del Este.do boliviano. El problema maritimo, extraordinariamente sensible a las mayorias del pais, no sôlo contiene empero elementos emotlvos o siquicos sino también histôricos y politicos, atribuibles a la misma soberania y seguridad nacionales. Es ta! su importancia desde el punto de vista histôrico politico, que los gobiernos han encontrado muchas veces en la reivindicaci6n maritima una bandera a su disposici6n para resolver sus conflictos domésticos, usandola en el servicio de sus luchas intestinas. Hoy ocurre lo propio con el Gobiemo de Banzer, pero esta vez arrastrando una secuela de riesgos y amenazas que comprometen el presente y el futuro de Bolivia como naci6n. Si la soberania nacional no existe a plenitud en un pais dependiente como Bolivie., es precisamente a causa del imperiallsmo, puesto que los sectores estratégicos de la economia estan subordinados al capital extranjero. Pero si la cuestlôn general de la dependencia pol!- tica y ccon6mlca se acentua ademas, con el signo de la mediterraneidad que actua en la forma de una restricci6n a la soberanfa nacional, entonces la mediterraneidad de un pais dependiente constituye una dificultad especi!ica que arrastra tras de si la obra revolucionaria. La mediterraneidad implica una suerte de dependencia geografica, o lo que los internaclonalistas llaman uso inocente de territorio ajeno. Los paises como Bolivia, tienen el derecho al comercio maritlmo, atravesando el territorio de las naciones que los circundan. 91

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