Interrogations - anno III - n. 8 - settembre 1976

NACIONALISMOS boliviano con el de las clases donùnantes bolivianas'. Estas filtimas toman una reivlndicaciôn de carâcter nacional, para intentar mediante su agitaci6n el fortalecinùento del capitalismo y la opresiôn en Bolivia. El pueblo aspira a ciertos derechos que como naci6n perdi6. Durante muchos aiios los reformistas, ya con su tradicional oportunismo chauvinista frente a Jas cuestlones de este tipo, han eludido definirse frente a los problemas nacionales causados por el expansionismo de sus burguesias. Ninguna respuesta real podrân encontrar los pueblos, en las organizaciones reformistas. Hoy dia, los revolucionarios se encuentran trente a un problema dificil de abordar, pero extraordinariamente decisivo. Es claro que la burguesia chilena se anex6 territorios, e igualmente clara es la posiciôn de los marxistas que siempre se han opuesto a ellas. En las provincias de Tarapaca y Antofagasta en el tiempo que éstas pasaron a ser territorio chileno, no existia en ellas una gran poblaciôn peruana y/o boliviana respectivamente. El valor de Jas provincias en aquel tiempo consistfa en el salitre. Hoy dia, estas han sido desarrolladas econ6nùcamente en los marcos del Estado Chi!eno y la poblaciôn de ellas se siente parte integrante de la naciôn chilena. Por lo tanto, no podemos considerar como nacionalidad oprinùda a la poblaciôn de estas regiones. La reivindicaciôn boliviana debe ser entendida a partir de la falta de J!toral, eso como resultado de una guerra de agresiôn en su contra. Renunciar a una politica que plantee soluciones !rente a ese problema, es dejar en manos de la burguesia toda una reivindicaciôn nacional de un pueblo. Ademé.s, ya en los comienzos del debate sobre este problema, hemos tenido hechos sorprendentes. A primera vista, pareciera que la J.C.R. (Junta de Coordinaciôn Revolucionaria) !uese la organizaciôn mas apta para plantear una linea politica consecuente internacionalista en estas circunstancias. Después de sus altisonantes declaraciones de internacionalismo, el con!licto fronterizo .entre Chile, Peru y Bolivia, le present6 una oportunidad importantisima de llevarlo a la prâ<:tica. No obstante, nos encontramos · con una violenta polémica entre el M.I.R. y el E.L.N. Mientras el primero ni siquiera reconoce la posibilidad de discutir el problema, el segundo no Jogra diferenciarse en forma clara de su burguesia en este aspecto. Si Pinochet plantea una salida al mar a Bolivia, nuestro deber no es oponemos a éllo, como tampoco nos oponemos cuando entrega alguno de sus miserables reajustes. Pero si, denunciar claramente a los pueblos, los intereses reales que se esconden tras ésto, tanto los 99

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