CARTA DE CHILE Un hecho importante, porque marca la historia intelectual de ese periodo, es la ausencta de estudtos sobre los obreros y las transformaciones que podrtan haber ocurrido. Es tnteresante comprobar. que pese a que mas del 80 por 100 de los chilenos y extranjeros que eulttvan las ciencias sociales tue parttdario del Gobterno Allende, ninguno de ellos tratô de veriftcar, por ejemplo, la profundtdad del sostén que los obreros otorgaban a la Unidad Popular y las causas del mtsmo, por no menctonar otros problemas. Se dto por supuesto, por razones ideolôgtcas, la existencta de un apoyo profundo y de una entrega entusiasta a la tdea de revoluctôn. Pocos anos antes, durante la época de Frei, se habta llevado a cabo una encuesta sobre las actttudes obreras en Chile, que fue publtcada por la CORFO al final de dicho gobierno. Una de las comprobaciones mas importantes que surgteron de la mtsma fue el elevado grado de «economicismo» de los obreros. Los problemas de aumento de salarias, de acceso a consumos mas elevados, etc., parecieron encontrarse en el centro de la preocupactôn de los obreros tndustriales, independtentemente de que fueran de origen urbano o rural. El hecho parece bastante lôgtco ya que en una sociedad capitalista es explicable que los obreros se preocupen sobre todo de reductr la tasa de explotactôn y de mejorar sus salarias. Lo que dicha encuesta presentaba de mas importancta es que, cuando el ap0310obrero a la Unidad Popular parecta extenderse y profundizarse, obligaba a preguntarse si la causa esenctal de ese sostén restdia en las mejoras muy importantes del nivel de vida que el Gobierno habta concedtdo o en la adhest6n a la tdea de una transformaciôn revoluctonaria o en otras causas, y en el supuesto de que todas las causas actuaban, el papel respectivo que tenta cada una de ellas. Corno un estudto semejante jamas se hizo, resulta desde luego impostble contestar con certeza a esas preguntas. Sin embargo, algu• nas comprobactones ofrecen no poco tnterés. La primera de ellas es el hecho de que, por mas que se hactan declaraciones de contenidos mas profundos, la preocupaciôn real de las organizaciones obreras continuaba siendo la mtsma que en el pasado. A este respecta es cast tmposible determinar algun género de diferencta respecta al comportamiento en relaciôn con las enipresas que eran estatales o que habtan pasado a manos del Estado y las que continuaban en poder de particulares. Las diferencias de reivtndtcactones extsttanl pero dependtan de la mayor o menor fuerza de los grupos y no de caracter de las empresas. Mas aun: las empresas estatales parectan las candtdatas ideales para ser objeto de reivindicaciones elevadas, salvo cuando se trataba de lograr que una empresa privada pasara a manos del Estado. La segunda comprobaciôn ha sido el avance logrado por la Democracia Cristiana a partir de cierto momento en los medios obreros. La Democracta Cristiana, para contar con un apoyo obrero, jugaba el juego es decir, suscitaba, esttmulaba y organizaba demandas que sabia eran difictles de satisfacer por parte del Gobterno. Pero las demandas eran del mismo tipo. No creo que el slogan de la partictpactôn haya tenido mucha tmportancia; en todo caso indicarf.a que una buena parte de los obreros no compartta la idea de revoluctôn que se hacta el Gobierno Allende. El punto de encuentro y el de conflicto, fueron stempre las demandas salariales. Hay quienes sienten horror hacia las observactones de esta naturaleza, porque parecen impltcar una crtttca a los obreros. Sin embargo, salvo que se suponga que los obreros, por ser obreros, llevan en si una especie 80
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