Interrogations - anno III - n. 7 - giugno 1976

IGNACIO IGLESIAS Uni6n Soviética recuperaran la buena savla del bolchevlsmo; la bandera revolucionaria volver1a a ondear de nuevo a los cuatro vientos. El problema consist1a, por tanto, en derrocar a los malos y reemplazarlos por los buenos. Puro manique1smo, inadmisible en gente que se dice marxista. Con toda raz6n juzg6 Semprun la labor de Trotski con estas Uneas certeras: cEn suma, el marxismo no le sirve a Trotski para indagar el contenido concreto de la nueva realidad, sino para buscar en ésta los elementos que confirmen una visiôn apr1or1st1ca. Con lo cual se confirma que no sôlo la Iglesia es ortodoxa, sino que también pueden ser ortodoxas las sectas y las capillas, (13). As1 era, en efecto: Trotski y los trotskistas han buscado (m1camen te confirmaciones, cuando no se perdian en bizant1nas discusiones (14). Es notorio que Trotski, que desde 1930 a 1934, sobre todo, habla prestado suma atenc16n a los acontecimientos politlcos espafioles, se va luego desinteresando casl totalmente, cuando el proceso revolucionario se agudiza todavla mas. c:.Porqué esta anomal1a? La respuesta es fa.cil: al desaparecer en Espafia la secc16n trotskista, se siente alejado de cuanto sucedla o pod1a suceder. También le falta, cierto, la informac16n necesaria -que antes le facilitarla Andrés Nin- a causa de su desconocimiento de la lengua castellana. Y cuando el 19 de julio de 1936, los trabajadores espafioles se lanzan a una lucha decisiva que conmueve al mundo entero, Trotski, que no obstante disponia de una prensa internaclonal que dedicaba grandes espacios· a los acontecimientos de Espafia, se siente casi ajeno a ellos. No recibe la revoluciôn espafiola con ese jûbilo que entonces abrazô a amplias masas en todos los paises. Era la primera revoluc16n que se producfa desde hacfa unos cuantos afios. Corno sabla que el trotskismo estarla ausente de la mlsma, no le otorg6 el interés obHgado. En consecuencia, estamos tentados a afirmar que si no hubiese existido el P.O.U.M., Trotski habrta escrito muy breves lineas sobre la revoluc16n y la guerra civil espaflolas. Todos sus breves articulos de esa época son meramente polémicos, dedi- (13) Jorge Semprun: Prefacio a la obra de Claudin La criais del movimiento comunls~, Ed. Ruedo Ibérico, Paris 1970, pâg. XI. (14) Corno la que tuvo lugar en septiembre de 1937, en plena represi6n contra el P.O.U.M., entre Trotski y los trotskistas norteamericanos: tratâr base de saber si en caso de haber en Espafia un diputado trot.skista, éste votarla o no los créditos de guerra de Negrln. Sabido es que éste jamés puso a votaciôn de los diputados sus créditos de guerra; por lo deméa, si hublera habido entonces un diputado trot.skista, no estar!a en el parlamento, sino en la carcel. 74

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