TROTSKI Y ESPANA ducir en el Secretariado internacional de la organlzaciôn trotskista a agentes suyos. Durante la revoluciôn espaftola, el elemento mas activo de ese Secretariado, el colaborador mâs lntimo de Leôn Sedov, el hijo de Trotski, fue un tal Zborowski, un ruso-polonés que se hacla llamar Etienne; éste resultaba sospechoso a algunos trotskistas, pero Trotski lo defend16 siempre. Emigrado a los Estados Unidos en 1941, am descubri6 la policla su calidad de agente de la G.P.U. No cabe duda que habla recibido de Moscu la orden de envenenar las relaciones de Trotski con el P.O.U.M., orden que cumpllô sin duda con todo éxito (11). No HEMosquerldo afirmar, ni mucho menos, al comentar la actitud de Trotski respecto al P.O.U.M., que esta organizaciôn tuvo siempre una polltica acertada e irreprochable. Se equivocô en ocasiones, al igual que a lo largo de la historia han errado no pocas veces todas las organizaciones. A pesar de toda la mitologia creada en torno al partido bolchevique -establecida a posteriori por los que fueron sus dlrigentes para justiflcar su supuesta superiorldad sobre el reste de los partidos-, sabemos que también conoci6 sus titubeos y equivocaciones. No fue la suya una trayectoria en Unea recta, ni sus cambios tâcticos fueron calculados matematicamente. Lo reconociô Lenln en su llbro La enf ermedad i:nf antil del izquierdismo en el comuntsmo: «Toda la historia del bolchevismo, antes y después de la revoluciôn de octubre, esta llena de tumbos, de concillaciones y de compromisos." Trotski lo sabla, mas con su pecuUar dialéctica se curaba en salud contra toda critica: «Marx comet16 faltas, Lenin cometiô faltas, el partido bolchevique en su con- - junto las cometiô también. Pero esas faltas fueron correg1das a tiempo, gracias a la exactitud de su Hnea fundamentab (12). Existe, pues, una 11nea fundamental que es la que determina la Hamada politica justa. Pero por Io que Trotski ha dicho y repetido, sôlo estâ al alcance del bolchevismo-leninlsmo, especie de albacea unlversal; los demâs partidos, el resto de las organizaciotje~, surgieron y existen para traiclon~r al proletariado, en nombre del cual actua exclusivamente el bolchevlsmolenlnismo. Insistimos en que todo esto es pura mitologta.. Jamâs <11> Ptteden Ieerse, sobre este asunto, el libro de Georges Vereek en La K1Jépéoudans le mouvement trotaldste (La Pensée Universelle. Pana, 1975) y el de Elisabeth K. Poretskl Les nôtres, edltado en cast.ellano por la Ed. Zero con el tltulo Nuestra propla. cente. (12) Trotski: Eacri&oeaobre Espa.na, pâg. 153. 71
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