GABRIEL MADAJULAU conjunto de movimiento de capital disponible, las empresas dependientes del Estado ocupan, en Argentlna, el primer lugar como entidades econ6micas. En segundo lugar se ubican. con estrecha distancia, los sindicatos. Su capacidad econ6mica es similar a la del conjunto de las provincias argentinas. Pero su capacidad poutica es mucho mayor, ya que una vez destrozado el peronismo como movimiento, lo (mico que parece subsistir es el ârbol seco y desprovisto de follaje, pero de acero, de la CGT. Un ejemplo del auge econ6mico· alcanzado por los dirtgentes cegetlstas es el del actual secretario general, Caslldo Herreras, quien a mediados de 1975 adquir16 la vivienda del magnate industrial argentino Dilligentl en el aristocrâtico barrio de Belgrano, en la suma de 2.500 millones de pesos, suma equivalente a alrededor de 300.000d6lares de la moneda de ese momento. Lorenzo Miguel, jefe de la Unl6n Obrera Metalurgica y de las «62 Organlzaciones~, a su vez, es acusado de poseer una amplia red de agencias de turismo y viajes al extertor. Sl bien fenômenos simllares pueden observarse en América y Europa, es diflc11que esto ocurra en la forma institucionallzada que se produce en la Argentina y en la magnitud proporcional que ha logrado la CGT. En la Argentina pauperizada el fen6meno es particularmente significativo porque el sindicato como entldad y el dirigente sindical en forma privada, han logrado una cap1tal1zaci6n y un grado econ6mico que los coloca en situaclones de privileglo mucho mâs destacadas que las de la propia ollgarqula tradicional y aun que la de los propios empresarios crecidos al amparo del Estado, a quienes -unos y otros- parecerlan pretender reemplazar en los beneficios de la sociedad. Formalmente, la mâs exigente legalidad domina el panorama: sindical. Hay un solo sindicato por industria, una sola federaci6n por actividad. Se realizan elecciones periôdicas y los fondos estân bajo la fiscal1zaci6n de competentes 6rganos del Estado. Y todo tan legal, emana de decisiones del propio Estado. Poco· importan las decisiones de las bases. Asl, por ejemplo, por una resoluciôn del Ministerio de Trabajo, los expendedores de nafta de Rosario y Mar del Plata pasaron repentinamente a depender del Sindicato de Mecânicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA). Esto provocô la enérgica reacci6n de las bases que disponlan de su proplo sindlcato y autonomia. Hubo una huelga, pero finalmente la SMATA logr6 lncorpora.r a los cotlzantes a sus arcas, en un proceso de expans16n y creclmiento socletarlo. Pero poco tiempo después, el mismo minlsterlo -aunque con distinto ministro- resolvi6 que un ampllo sector de operarios de la industria automotriz integrantes hasta entonces 58
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