SINDICALISMO PERONISTA La CGT fue, sin dudas, el centro vital que 1mpuls6 la campafta popular de apoyo a Per6n. Per6n fue, junto con algunos mlembros del goblerno m111tar que suced16 a la dlctadura de Organta, el artifice de la conjunc16n pol1tica; pero el aparato que puso en movlmlento la maqulnarla fue sin dudas la CGT (en una medlda menor, aunque no menos efectiva, lo fueron tamblén los dlversos nucleos de la izqulerda juvenll, allada por entonces de la burocracla slndlcal). Desde la const1tuc16n del movimiento peronista, éste ha estado lntegrado por tres ramas: la politica, la femenlna y la gremlal. Esta ultlma era, orgânicamente, durante la primera época del peronlsmo, la propla CGT. Con el tlempo, y después de algunos sucesos de la época postperonlsta, este papel lo cumpl16 la organlzac16n denominada «62 Organizaclones,. En su carâcter de «rama gremial del partldo justlciallsta,, el grupo slndlcal logr6, en 1973, postular sus propios candldatos dentro del movlmlento. Per6n orden6 que ocuparan cargos electlvos una multitud de dlrigentes sindicales como no se conocia hasta entonces. Una decena de vicegobernadores de provlnclas, varias decenas de dlputados y senadores nacionales, varios centenares de dlputados y concejales provinciales, resultaron as1 electos. Ya en el poder, en esta segunda vuelta de la historia, se impuso el duero sindlcab: nlngtm dlrlgente slndlcal puede ser juzgado por la justlcla ordlnarla slno por sus proplos pares, sea cual fuere el dellto que cometa. Reclentemente, un dlrlgente slndlcal asesln6 a otro durante una de las frecuentes reyer~ internas del gremlo; el juez ordlnarlo se declar6 lncompetente para juzgàrlo ya que, aleg6, el âmblto y las razones del crimen eran «estrlctamente, gremlales. Se restablec16, tamblén, en la dlplomacia, el cargo de «agregado Iaborah, dlscernlble para «rnllltantes1> (funclonarlos gremtales). Maria Estela Martinaz- de Per6n, reallza las reunlones de gablnete con la aslstencia regulai.' y notrnal del seoretario general de la CGT y del secretarlo general de las «62 Organizaclones>. Y seria posible contlnuar . enumerando una multitud de actos forrnales que han lmplicado, de hecho, una progresiva y constante 1ncorporac16n del aparato sindlcal en caUdad de tal a las diversas funclones del gobiemo. Pero todo esto resulta lns}gnlflcante en comparac16n ·con el poder econ6mico adqulrido tanto por las organlzaclones gremiales como por los proplos dlrigentes en su vida privada. 81 se toman en cuenta las facturaclones y presupuestos, o sea el 57
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