Interrogations - anno III - n. 6 - marzo 1976

SINDICALISMO PERONISTA rado con plantas, tenla la tapa tapizada con cuerlna simllar a la de los slllones que nos acogtan y apenas cublerto el centro por un grueso cristal. En clerto momento de la conversac16n, el dlrlgente hizo una breve pausa y sollcit6 mi opln16n acerca del mob1liar1o.Pero sin darme tlempo a respuesta alguna. como si descontara todo comentarlo elogloso, expl1c6: - 81 si, todo esto es confortable. Yo no ahorro en detalles cuando se trata del gremlo. La madera es cedro auténtlco, estacionado cinco afl.os y procede de Canada. Esta alfombra y los slllones no son solamente lo que usted ve, porque lo mejor esta adentro: «Duvet> legttlmo, puro («duvet> es pluma de pecho de paloma, algo asi, en las cantidades que aparec1an desparramadas all1, como oro en polvo traido desde la Luna). Y el escritorlo lo recubr1 con cuerina y los tapicé con el mlsmo «duvet> porque las arlstas son muy antlpatlcas, duras, lnconvenientes ... > Creo que estos dos hechos -las claras deflnlclones de Ruckauf y la anécdota que queda trascripta- descrlben mejor que cualquler ensayo, estudlo sistematlco, sin clrcunloqulos, las caracter1stlcas del movlmiento sindical peronista. De un modo slntétlco, Ruckauf conflrm6 varlos supuestos del movlmlento obrero argentino: 1.0 ) su fidelldad a la doctrlna de Per6n que identlflca la organlzac16n pol1tica y social civil con la organizac16n mmtar, modelo para muchos aspectos de la organlzac16n y formac16n de sus cuadros segün propla confes16n; 2.0 ) que el movimiento obrero constituye un aparato de férrea organlzaci6n dlsclpllnarla, donde las bases no cuentan sino como instrumento y justificativo de los organlsmos directlvos; 3. 0 ) que, curiosamente, bien que modlflcando levemente Ios términos de la relac16n comparativa. la noci6n Ieninista de la disciplina obrera («el proletariado aprende en la dura disciplina que Iuego debera respetar en el partido>) fâbrica-partido o ejérclto-sindicato, tiene una 1nesperada v1genc1a; 4.0 ) que la identlficaci6n de ejérclto y sindicato, respondiendo a las mas prlstinas nociones del popullsmo latinoamericano y de algunas noclones lmpresas a la gest16n slmilar en la Espafl.a falanglsta, encuadra a los sindicatos peronistas en una definida 11neaautorltaria. El ejemplo del dirlgente en su despacho, por su parte, no hace slno conflrmar todas las exlgenclas y presupuestos de Ruckauf, en el pleno funclonamiento del slstema, en la plena orgta de beneflcios y servlcios, toda vez que el mando -y mucho mas el mando lndiscutldo- debe lr acompafl.ado de clertos atributos y de ciertas pautas de comportamiento lnequivocas y formales. 47

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