Interrogations - anno II - n. 5 - dicembre 1975

de edad, muchos de ellos educados en el exterior, algunos prominentes lfderes estudiantiles de hace 10 6 16 afios, todos ellos empefiados en planear y expandir el papel de! Estado- han aumentado en numero y han tornado conciencia de sf mismos y de su influencia. Cabe sefialar que Ios consejeros civiles, aunque sean importantes, <>stan muy lejos de compartir una posici6n determinada. Tienden en agruparsc en constelaciones, dando cada uno un sabor especial a las actividades que emanan de su sector respectivo.» Abraham Lowenthal «La ambigua Revoluci6n Peruana».'- Foro Internacional, enero de 1976, Mexico. La opticacommunista Un obstaculo muy poderoso a la profundizaci6n y radicalizaci6n del rumbo revolucionario del proceso radica en la composici6n ideo16gica y politica del apara to estatal (gue no es el mismo que el equipo gobernante). Siendo el Gobierno exclusivamente militar, y al margen de la ventaja estrategica que significa el papel revolucionario de la instituci6n armada, Jo negativo consiste en que no ha podido renovar y revolucionariamente la administraci6n publica. Lo que trae como consecuencia el gue ahora se levante como una contradicci6n sumamente grave la existencia de un proceso revolucionario avanzado con la persistencia de un aparato estatal de composici6n mayoritariamente reaccionario, en cuyo contexto operan obstruyendo la revoluci6n los antiguos funcionarios con mentalidad y conducta proimperialista y prooligarquica < odristas, pradistas, apristas, belaundistas, etc., o simplemente comodines) y muchos de los nuevos funcionarios y «asesores politicos e ideol6gicos» precedentes del aprismo, del belaundismo, del trotskismo y del maoismo. Todos ellos burdamente enmascarados de «revolucionarios participacionistas». 108 Jorge del Prado Secretario General del CC del Partido Comunista Peruano, in Revista Internacional, agosto de 1976, Fraga.

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