Interrogations - anno II - n. 5 - dicembre 1975

iAIME CASTRO CONTRERAS extemo, o se hallaba sujeto a presiones de diversa incioie por grupds internos o externos; y otra cosa que gravit6 mucho en la conciencia de los caemitas era el saber a traves de las pruebas tacticas, si el Estado podia disponer libremente de sus recursos. De una u otra manera los participantes del CAEM, lo mismo que amplios sectores de la ciudadania sabian lo que la Internacional Petroleum Company y la Cerro de Pasco en el Peru representaban, como estos enclaves econ6micos no s61o extraian las materias primas del subsuelo peruano en funci6n de las necesidades y demandas de los paises desarrollados, como las producciones de azucar y otros productos de exportaci6n se regian por sistemas de «cuotas» para su venta y como tambien los precios eran fijados al arbitrio de estos pafses compradores. Todo esto se fue analizando en el CAEM y se fue comprobando c6mo la soberanfa de! Estado con relaci6n a las grandes potencias no era mas que un enunciado formal. Es casualmente aqui donde se nota el papel de! CAEM en el cambio de mentalidad de sus cuadros de oficiales, ya que esta instituci6n desde los primeros afios de su fundaci6n, daba a conocer que el Bien Comun, como situaci6n ideal, s6lo es posible alcanzarlo cuando el Estado exf.ste, cuando tiene libertad de acci6n, y cuando puede disponer libremente de sus recursos. El Estado existe, dice el CAEM, asi como lo afirma cualquier texto de ciencia politica, cuando cuenta con un territorio fijo, una poblaci6n definida y un gobierno estable que detenta el poder y que persigue como fin supremo el Bien Comun (21). De esta definici6n, la inestabilidad politica es lo que mas na caracterizado al pafs y auiza ello mismo haya atentado contra la posibilidad de una autentica libertad de acci6n que le permitiera al Estado la tacultad de actuar con plena autonomia en el campo interno y libre de toda subordinaci6n en el campo externo. Pero aqui surge una pregunta que tambien se la tienen que haber formulado las participantes del CAEM desde sus inicios: l,es el Estado el que permiti6 ver recortada su propia libertad de acci6n, o es que fueron los sucesivos gobiemos oligarquicos y pre-oligarquicos que en defensa y procura de la consolidaci6n de sus propios intereses condujeron al Estado -en nombre de quien gobernaban- a la perdida de esa su libertad de acci6n? i,NO es acaso cierto que en nuestra legislaci6n encontramos un sinnumero de leyes «con nombre propio» que tenfan exclusivo prop6sito de beneficiar a determinado sector econ6mico nacional o internacional? i,NOes, pues, acaso cierto que una ley por su caracter general servfa para enmascarar y beneficiar a esos grupos econ6micos? De este modo el Estado ha- tenido que hacer frente a un sinnumero de presiones tanto de grupos nacionales como de compafilas transnacionales. En este sentido el Estado ha sido un instrumento de los diversos grupos, en la mayor o menor medida que sus gobernantes asi lo permitieron. En estas condiciones era imposible que el Estado (21) Ibid, pag. 5. 98

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