Interrogations - anno II - n. 4 - settembre 1975

RAMON PUIG to, pero con tales cortapisas que en realidad no habra huelga legal posible. En efecto, sôlo podran los trabajadores declararse en huelga en las circunstancias siguientes: «Que no rebase el ambito de la empresa; que se realice sin la presencia de los obreros en los lugares de trabajo; que no se trate de persona! dependiente de establecimientos mllltares; que la empresa afectada no tenga a su cargo la prestaciôn de servicios pûblicos; que el conflicto se refiera exclusivamente a las condiciones de trabajo; que no se trate de la interpretaciôn o apllcaciôn de una norma en vigor; que el planteamiento de la huelga habra de ser formalizado por escrito, con firma, fecha y nombres, apellidos, domicillo y condiciôn de los trabajadores afectados.> Atm mas: antes de declararse la huelga, se reunira una comisiôn de los sindicatos para lograr una conclllaciôn entre obreros y patronos; si no se logra, intervendra la Delegaciôn de Trabajo, y si ésta fracasa, pasara el caso a la Magistratura de Trabajo ... Existe otro aspecto de la Organizaciôn Sindical que despierta desaforados apetitos: el econômico. En efecto, cabe considerar el enorme potencial econômico acumulado por los sindicatos verticales. Por desgracia, no disponemos de datos recientes, pero se tendra una idea del capital de que dispone la Organizaciôn Sindical si se tiene en cuenta que hace diez afios, en 1965, las finanzas de los sindicatos eran las siguientes: un patrimonio de mâs de 5.000 millones de pesetas; inmuebles propios por valor de mas de 3.000 millones en valor de coste -lo que supone mâs del doble en la actualidad-; part1c1pac16n en las mutualidades y montepios !aborales dependientes del Ministerio del Trabajo, etc. Estos organismos, que controlan sumas fabulosas de dinero, se han dedicado a realizar fuertes inversiones en empresas industriales. Los datos de 1962 declaran que esas inversiones ascendian a 120.000 millones, repartldas entre la treintena de las empresas mâs importantes del pais. e,A cuanto subirân actualmente, trece an.os mas tarde? Se nos antoja que todo esto puede ofrecer una idea, aunque sea sumaria, del capital de que dispone la Organizac16n Sindical. La ûnica organizaciôn de la oposiciôn que ha jugado el juego del sindicalismo vertical, preconizando desde hace ya bastantes an.os el trabajo en el interior del mismo, ha sido el Partido Comunista. Tal vez considerô que esta distorsiôn de la moral revolucionaria bien valia la pena, si gracias a su decisiôn obten1an algunos puestos en la base de la Organizaciôn Sindi46

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