ESPANA 1975 precios, la especulaciôn desenfrenada del suelo, la lamentable degradac16n urban1stica a lo largo de las costas, etc. La inflac16n y la permanente elevaciôn del coste de vida las pagan dia a dia los trabajadores. Las numerosas huelgas que tienen por escenario casi todas las provincias espafiolas, no obstante estar prohibidas -lo que acarrea despidos y encarcelamientos-, muestran que la situaciôn resulta insoportable para los obreros, puesto que al mismo tiempo el capitalismo acumula elevados beneficios. El campo espanol AL FINALIZAR la guerra civil, una de las primeras medidas adoptadas por el franquismo fue anular no sôlo las transformaciones sociales que se hab1an efectuado en el campo de la Hamada zona roja -colectivizaciones, etc.-, sino asimismo los tlmidos intentos de reforma agraria llevados a cabo por la Repliblica. El propôsito del nuevo régimen era asegurar la conservaciôn de Jas viejas estructuras de la propiedad agraria, como pago al decidido sostén que habla recibido durante la contienda por parte de los grandes terratenientes e incluso de los pequeflos propietarios, prlncipalmente andaluces y castellanos, entre los cuales encontrô Falange su mas importante clientela politica. Sin embargo, por una especie de curiosa iron1a de la historia, esas viejas estructuras que se quisieron salvar fueron desapareciendo a lo largo del proceso de industrializaciôn iniciado por el proplo régimen franquista. Los fieles sostenedores de Franco durante la guerra civil pasaron inexorablemente a ser sus vlctlmas propiciatorias. La tradicional sociedad agraria descansaba sobre una abundante y baratlsima mano de obra; contaba con un mercado reducido pero seguro, dado el bajo nivel de una demanda por lo general estable y un alto nive! proteccionista que evitaba la competencia exterior. Por tanto, el propietario se limltaba a una economia de simple subsistencia, m1nimamente capitalizada, en la que no sentia necesidad ni de reducir Ios costos ni de buscar nuevos mercados. Espafia era un pais agr1cola, pero con una agricultura atrasada, anclada en el pasado, que no habla sufrido transformaciones desde hac1a casi cien afios, desde los lejanos tiempos de la desamortizaciôn. Exlstia una fuerte concentraciôn de grandes fincas -latifundios-- en Extremadura, Andalucia, la Mancha y Salamanca, donde incluso 37
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