Espana1975 RamônPuig E STABLECER un anâlisis serio, es decir. que se salga del simple comentario basado cas! slempre en rumores y ayuno de hechos concretos, no es empresa fâcil cuando se trata de Espafia. No hay que olvJdar que la vida social espafiola., a causa de la lnexistencla de la libertad de expreslôn, es como un inmenso iceberg, en el que la mayor parte aparece oculta y sôlo es visible la superficie menor. Por tal motlvo, en ausencia de una informaciôn fidedigna, ha abundado siempre el rumor en grado sumo, merced al cual la noticia intrascendente, agrandada al pasar de boca en boca y de oido en oido, termina siempre por ser considerada como algo importantisimo y fundamental. Desgraciadamente, el rumor fue durante afios -continua siéndolo aun -el principal alimento de la oposiciôn al franquismo, la cual, atada de pies y manos a causa de una feroz represiôn, se empefiô en suplir su importancia con la creencia ciega en los rumores de toda clase, en particular los referentes a la enfermedad o enfermedades del general Franco, al que de esta manera se le viene «ayudando a morin desde hace una veintena de an.os. Porque cabe afiadir que la mayor parte de esos opositores siempre consideraron que la desapariciôn fisica del octogenario Caudlllo supondria ipso facto el derrumbamiento inmediato del réglmen actual. De esta manera, confiaban en que la providencia y los afios hlcleran lo que su impotencia polltica era incapaz de hacer. La nueva sociedad espanola PoR NUESTRAPARTEpreferimos huir deliberadamente del «se dice» o del «parece ser», para afanarnos en poner de relieve los verdaderos rasgos de la actual sociedad espafiola, determinados por los profundos cambios que ha sufrido el pais merced a la industrializaciôn que acelerada y caôtlcamente se llevô a cabo desde los an.os sesenta. En 1967, estableclô este atlnado diagnôstlco el sociôlogo Pérez Diaz: « La sociedad industrial comienza ahora y sôlo ahora a conformar real y moralmente 30
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