HELENO SAÑA y amenazando con represalias a los obreros extranjeros dispuestos a colaborar con ellos. Es cierto también que el sectarismo ideológico de algunos sectores estudiantiles, la diferencia de nivel intelectual y la disparidad de Idioma han dificultado la colaboración. La tradición obrera alemana E r. INTERNACIONALISMO obrero atraviesa una crisis profunda en casi todo el mundo occidental. Mientras en algunos palses esta enfermedad es relativamente nueva y tiene el contrapeso ·de una larga tradición de solidaridad, en Alemania posee raíces muy hondas y lejanas, que es preciso recordar para esclarecer debidamente la problemática que estamos tratando. Alemania es un pals sin grandes tradiciones revolucionarias. Bakunin observaba, en octubre de 1872: «Junto a muchas virtudes innegables, les falta el amor a la libertad, el esplrltu de rebeldla. Los alemanes son el pueblo más resignado y obediente de la tierra» (45). Estas ralees psicológicas dieron desde el primer momento al movimiento obrero alemán una orientación especifica, caracterizada por el sentido de la disciplina, la tendencia al compromiso, el culto a los jefes, la mlstlca de la organización y la fe en la acción pol1tica legal y parlamentaria dentro de un régimen burgués. A fuerza de querer adaptarse a las condiciones de lucha exigidas por la democracia burguesa, los lideres y diputados obreros acabaron por Identificarse Inconscientemente con los propios objetivos de la clase burguesa y renunciaron a sus propias metas. Aunque la socialdemocracia empleaba en sus congresos y programas una terminologla revolucionaria y proletaria, a medida que fue creciendo cuantitativamente, su praxis pol1tlca se alejó cada vez más de los ideales que teóricamente proclamaba. Kautsky, pontlf!ce del centrismo y del marxismo verbal, santificó la linea acomodaticia y conformista de la socialdemocracia al anunciar que el Partido Socialdemócrata «era revolucionarlo pero no un partido que hacia revoluciones• . .En vlsperas de la primera Guerra Mundial, la socialdemocracia alemana -en la que los sindicatos y los obreros crelan a ples junt!llas-, estaba totalmente minada por el oportunismo, el revisionismo y el «chovinismo•. La conciencia proletaria (45) Bakunin, Gesammelte Werke, tomo III, p. 245, Berltn, 1921. 88
RkJQdWJsaXNoZXIy MTExMDY2NQ==