Interrogations - anno II - n. 3 - giugno 1975

HELENO SANA los activistas. Con excepción de las Juventudes Socialistas, los maoistas, los marxistas antiautoritarios y otros grupos extraparlamentarios, todo el pais se alzó para afirmar que la rebelión de los turcos era obra de una minarla de agitadores profesionales que querian perturbar la «paz social> del pals. El periódico Bild, del consorcio Springer, leido por más de cuatro millones de alemanes, clamaba: «Cuando un huésped se conduce mal, hay que ponerlo en la puerta.• Pero conflictos como el de la Ford de Colonia no constituyen la regla, sino la excepción. En general, los Inmigrantes aceptan las directrices de los sindicatos y las empresas. Aqul también tienden a adaptarse sin querer al medio ambiente, como- confirma Max D!amant: «La parte más consciente de los trabajadores extranjeros orienta en muchos aspectos su conducta en la de sus compañeros alemanes. Con ello se ha puesto en marcha un proceso de Integración social> (37). Téngase en cuenta que la República Federal es el pals del mundo occidental con el menor número de conflictos laborales y huelgas. Las diferencias entre patronos y asalariados son solucionadas casi siempre por vla pacltlca, en el tapete de negociadones. Para los inmigrantes es dlflcll sustraerse al estilo social o sindical del pals en que se encuentran. Su posición minoritaria y marginal dentro de las fábricas obstaculiza de antemano su capacidad reivindicativa. Una actitud de resistencia demasiado enérgica o ambiciosa -como ocurrió con los turcos de la Ford- encuentra en seguida la más cerrada oposición por parte de los propios obreros alemanes y de la opinión pública en general. Capitalismo e insolidaridad e UANDO se tienen en cuenta las reflexiones precedentes, resulta casi superfluo subrayar que el grado de solidaridad existente entre los obreros extranjeros y alemanes es mlnimo, cuando no nulo. En lineas generales, la clase trabajadora de la República Federal ha aceptado pasivamente la discriminación de que son objeto los Inmigrantes y no ha hecho nada sustancial para aminorarla o poner fin a ella (38). Esta actitud (311 Max Diamant, documento cit. (38) Esta discriminación va en aumento. En el momento en que pasamos a lirn¡>io estas pfl.glnns, los I,and de Hessen, Baviera, Baden-Württen84

RkJQdWJsaXNoZXIy MTExMDY2NQ==