Interrogations - anno II - n. 3 - giugno 1975

HELENO SA°ÑA de socialdemócratas muy vinculados al movimi'ento obrero o d·e intelectuales honestos. Por lo que respecta a las alturas del SPD, su actitud' está dictada por las conveniencias pol!tlcas del dia, por los intereses de partido y las maniobras tácticas. En los discursos oficiales de los altos jefes del SPD no faltan nunca llamamientos a favor de los obreros extranjeros y solemnes declaraciones de solidaridad. (Lo mismo ocurre con los liberales y los mismos demócratacristianos.) Pero bastó la recesión económica de 1974 para que estos mismos jefes hicieran un viraje de ciento ochenta grados e !nielaran una polltica discrimlnativa y mezquina contra los extranjeros. Efectivamente, desde finales de 1973, los altos lideres socialdemócratas vienen realizando una politica abiertamente xenófoba. Esta ofensiva discriminatlva está encabezada por el ministro de Trabajo Walter Arendt -antiguo presidente del Sindicato de Mineros-, pero cuenta con la aprobación tácita del ministro de Finanzas Hans Apel y del propio canc1ller Helmut Schmldt. En noviembre de 1973, hallándose Brandt todavia en el poder, Arendt ordenó que se suspendiera inmediatamente la contratación de mano de obra extranjera. Se trataba de una medida perfectamente superflua, pues es evidente que sin necesidad de que el Estado lo prohibiera, los empresarios no iban a contratar una mano de obra que no podlan utll!zar. Con su decisión, Arendt dio a entender lmpllcitamente -Y ello es fo más grave- que los extranjeros ponlan en peligro los puestos de trabajo de los alemanes (18). En aquel momento el prestigio de W1lly Brandt y del SPD en general era muy bajo. Walter Arendt no pretendia otra cosa que mejorar la imagen•. pública de su partido azuzando los instintos potencialmente racistas o xenófobos de los trabajadores alemanes. Más adelante, al incrementarse el paro, Arendt dlo instrucciones para que los puestos de trabajo vacantes se adjudicasen primero a los alemanes, y sólo después a los extranjeros, Justificando esta discriminación con las siguientes palabras: «Tenemos .más cerca de nuestra piel la camisa que la chaqueta.> Las. instrucciones de Arendt no dejaron de surtir efecto. A finales de febrei:o • (18) En una octavilla volante dlstt'ibuida a mediados de enero de 1975 por un grupo local de la uLiga gegen den lmperlallsmusn, se decta: «A los trabajadores alemanes :se les cuenta que la situación económica exige enViá.ra los extranjeros a su casa, pues por lo visto 'nos quitan los puestos de trabajo'. El objetivo de esta campaña es el de ocultar la crisis capitalista., irtducir a los trabajadores a callarse y a no luchar contra los despidos, en tanto éstos afectan sólo a compafieros extranjeros,» 7"

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