Interrogations - anno II - n. 3 - giugno 1975

PEDRO A. BARCIA remedando con afectada e hipócrita inocencia las rondas Infantiles para anunciar el «paredón> a los opositores del peronlsmo y, más particularmente, a quienes disintieran con ellos mlsmos, dieron su voto masivo en favor de Perón, coincidiendo en esto con la alta, media y pequeña burguesla del Barrio Norte elegante de Buenos Aires o de los barrios residenciales o comerciales de Belgrano y Flores, y con el sector popular de Mataderos, las reglones agrlcolas y ganaderas del centro y sur del pals, de los montes y quebradas del noroeste y de la húmeda y anegada reglón del litoral, sin dlstlnclón y al unisono, «como si todos fueran uno• ... Después de su consagración por el más elevado número de votos y la más alta porcentualldad de electores que se haya producido en la historia del pals, Perón procedió a reordenar la casa, su casa. Para empezar confirmó a López Rega, el brujo cuestionado por la Juventud peronlsta y todos los elementos de «Izquierda• afines. En segundo Jugar designó al propio López Rega para ejercer el cargo de representante suyo ante la Juventud, encargándole que atendiera los problemas que ellos quisieran presentarle. Semejante bofetada a sus niños mimados de ayer !ue oscuramente manejada desde antese.la, como en lentos tanteos ejercidos por el «viejo zorro• que querla probar hasta dónde podla llegar con los Jóvenes. Estos protestaron, dieron dos o tres gritos. Luego hubo un prolongado silencio. En clima de relativa libertad vigente a comienzos de 1974, la Juventud Peronlsta, la Juventud Trabajadora Peronlsta y los Montoneros, ensayaron algunos Juegos de reiteradas presiones. La situación económica empeoraba ya y los acuerdos entre empresarios y sindicalistas mostraban su inoperancia para contener el creciente deterioro económico, de la producción, el crecimiento de la Inflación, la pérdida de valor acentuada de los salarlos as! como la creciente disminución de las Inversiones. Pero la JP, la JTP y los Montoneros pareclan no estar en condiciones de Ir más allá de las simples peticiones e.! Congreso, de hacer conocer en forma pública sus disidencias, en fin, de ejercer una presión pública en competencia con el aparato de propaganda y la destreza en materia de cpubllc relatlons• del elenco peronlsta. Muchos giros agresivos de los Montoneros, se dllulan en prolongadas negociaciones en torno del poder, en la ocupación de cargos en provincias y municipios, en múltiples gestiones de tipo personal y de contusas e influencias>. El Juego de presiones llegaba hasta milimétricas consideraciones acerca de· ia ocupación de cargos bien remunerados o de fácil acceso al poder central. 48

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