F. GOMEZ-PELA'/!Z Pas seÙlement de partisans, mais également des polnts d'appui dans les vlllages. Esta, pues, claro que la relaci6n invocada corresponde a toda Espafia e incluye las vlctimas de las severas operaciones de «limpieza, realizadas en los primeros afios de la triste «victoria, franquista, operaciones en las que, claro esta, fueron asesinadòs comunistas, pero no eran menos los no comunistas, detalle éste que, por delicadeza al menos, podla no haber omitido Carrillo. Pero no hay que sorprenderse, pues lo que a él le interesa no es la claridad sino la confusion. Asl, cuando se le pregunta si otros sectores tuvieron guerrillas, se permite decir: Les anarchistes avaient juste un petlt groupe qui opérait près de Barcelone ; ne n'était méme pas de la guerrllla. Cela aussi a contribué à !aire dépasser l'anarchisme. Y aun afiade: Ils n'ont pas lutté, et en France non plus. Lo que desde luego no han hecho los anarquistas ha sido embarca:r a la gente corno Carrillo y sus ac6litos. Es decir, no ordenaron a nadie los comités libertarios que se incorporara a tal o cu~l guerrill~ alla o aca. Mas hubo guerrillas espontaneamente formadas no s6lo en Catalufia, sino en Andalucia, la Mancha, Santander, Asturias y Galicia, algunas de ellas iniciadas en los afios de guerra. También hubo en las montafias distintos grupos socialistas, especialmente en Asturias. La diferencia entre todos éstos y los guerrilleros comunistas reside en la honestidad de reconocer lo que representaban y no abultar la importancia de su labor por mera bravuconeria propagandistica, cual se hizo en cierta ocasi6n a prop6sito de una pretendida agrupaci6n del Noroeste, pues se habl6 de la reuni6n de varios centenares de guerrllleros en la frontera galaicoportuguesa, y en realldad se trataba de media docena de camaradas citados en un cuarto de Toulouse no muy lejos de la plaza del Capitole (7). Carrillo parece ser muy dado a este tipo de manipulaciones, aunque, para justificarse, nos revele aqui que él mismo quiso (7) Èn Francia, corno en Espafia, hubo un numero considerable de llbertarlo's en los «maquis», unos en contacto con la organlzaci6n clandes-- tlna y otrò~ aislados; de éstos, por cierto, lntent6 servirse el P.C. a través de una llalnada Agrupaci6n Cenetista de Uni6n Nacional, de la que se sepru,-aron al darse cuenta de la maniobra. También pretende ignorar Carrlllo que un batall6n confederai, el «Llbertad», particlp6, con los vascos, en la llquidaci6n de los nnzis de la Punta de Grève, y en fin, entre los de Leclerc y tantos otros, ;,acaso l?.enos llbertarios que comunistas? jNi hablar! 60
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