Interrogations - anno II - n. 2 - marzo 1975

HISTORIA FALSIFICAVA por Negrln, no por Togliatti, aunque el no haberlo éste expresado tampoco significa que lo descartara de plano. Lo que es que, hablar de negociaciòn, después de haber armado tanto ruido contra ella, equivaldrla a reconocer lisa y llanamente que la intentona comunista contra el Consejo fue un disparate. Eso no se reconocera jamas. En cambio Carrillo ha avanzado algunos elementos que acreditan la dificultad de la resistencia, pues las derrotas militares sufridas afectaron gravemente a la moral de los combatientes. Reducidos y sin esperanzas de la menor ayuda, no quedaba otro camino que el que se intentò, y al cual prestaron su apoyo nuestros compafieros del Centro, que eran quienes veian mas de cerca las orejas del lobo. Acusarles, pues, de traiciòn, cuando fueron los mas obstinadamente opuestos a toda componenda, es una injusticia solemne. Podr1a polemizarse honestamente sobre la actuaciòn del Consejo y sus insuficiencias, pues en realidad el plan no se realizò conforme estaba convenido. i,Qué fallò? Primeramente el propòsito de mostrar una fuerza coherente que permitiera imponer al adversario unas condiciones mlnimas. La sublevaciòn de las unidades comunistas del Centro, aun siendo vehcida, produjo un debilitamiento militar considerable, acelerò el desconcierto de la poblaciòn y favoreciò el engreimiento çle los quintacolumnistas. Para arreglar las cosas, los negociadores encontraron en el adversario una cerrazòn infame. i,Pod1a acaso esperarse de Franco y los chacales que le acompafiaban otra cosa? Presentandose en Burgos con las manos vac1as, indudablemente no. Esto se tenia previsto, y el Consejo dispon1a de ciertos elementos de presiòn -sugeridos precisamente por nuestros compafieros- que podian hacer reflexionar a .Ios ya conslderados vencedores. i,Se intentò ponerlos en juego? Es probable que el desmoronamiento de los frentes lo impidiera. En todo caso, no cabe achacarles a los militantes confederales la culpa, y si los comunistas insisten en sus monsergas no es debido sino al resquemor de haberles batido en la descalabrada lucha que, para satisfacciòn de los fasclstas, ellos provocaron. ENTIERRO APRESURADO DEL ANARQUJSMO H EMOS referido las tergiversaciones que Carrillo hace de la actuaciòn de los anarquistas e incluso de algunos hechos importantes en que hubieron de enfrentarse con los comunistas. Todavia quedan algunas otras alusiones, digamos repeticiones despectivas que huelga recoger. Una, en cambio, merece aten57

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