F. GOMEZ-PELAEZ Comunista demostr6 en nuestra guerra que no puede tener relaciones francas con nadie. No es un conglomerado independiente y, segl'.mIas 6rdenes que recibe, dice un dia que es negro lo que la v1spera habla afirmado a pies juntos que era bianco. Sus dirigentes, perfectos marionetas, sostienen lo mismo una cosa que otra y en lo unico que son consecuentes es en la obediencia de Ias directrices del Kremlin. No tenemos referencias de los «numerosos> cenetistas que pudieron caer en el cepo proselitista estaliniano después de la guerra, pero, sin que fueran muchos, indudablemente hubo algunos. Por todas partes se encuentran despistados, y no es extrafio que en una organizaci6n de multitudes, corno la C.N.T., se dieran esas y otras disparatadas fugas. No se han dado menos, sino probablemente muchas mas en otras filas, especialmente en las comunistas. Hablando, en fin, de «dirigentes cenetistas> Carrillo miente, porque no puede citar nombres concretos de militantes notorios convertidos a su secta en el exilio. Su diversi6n no es, pues, mas que un intento de ocultar Io inocultable, es decir, al pr6fugo alejamiento de notables dirlgentes en su proplo entorno. Por lo que se refiere a la llamada Junta Casado-Besteiro, parece un tanto sorprendente que, al menclonarla, Carrillo se haya dispensado de acompafiar los calificativos de «entreguistas, o «traidores> que fueron de rigor entre sus cofrades. Tanto màs sorprende que, poco después (p. 56), vuelva a hablar de esa Junta -que, en realldad, presidiò un devoto del Partido, el generai Miaja, y su propia denomlnacl6n fue la de Consejo Naclonal de Defensa-, diciendo: J'ai su par ailleurs comment Togliatti s'était comporté pendant le coup de Casado. Après que la Junte se fut imposée à Madrid, Il ne restalt r!en à fa!re qu"essayer que cela finisse le mo!ns mal posslble, en arr!vant à un accord avec Casado pour évacuer la plus grande part!e de cadres mll!ta!res et soldats, ou méme en essaynnt de voir si, par un accord avec la Junte, on ne pouvalt pas reconstltuer un certa.In front dans la perspect!ve, non pas èe la v!cto!re n! méme d'une !mposslble « pa!x honorable », mais du mo!ns de sauver l'armée, chose qui, dans l'hypothèse d'une guerre mondiale, revétait à nos yeux une très grande lmportance. Togliatti hilaba fino, aunque cabe dudar que, siendo delegado del Comintern, tal estrategia se la hubiese inventado él s6Io. Mas o menos es lo que, después de derrotados, quisieron obtener del Consejo los comunistas. Oficialmente, sin embargo, el P.C. se ha guardado esto callado, pues, naturalmente, el simple intento de negociaci6n contradec1a la tesis de la «traici6n>. Ese Consejo no se constituy6, en realidad, para dar la batalla a los comunistas, sino buscar una salida del atasco en que la intentona de éstos en connivencia con Negrln, para dominar completamente los mand0s en la zona Centro-Sur, habla colo54
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