Interrogations - anno II - n. 2 - marzo 1975

HtSTOIUA FALSIFICA.DA dad- no estuvieron a la zaga, sino a la cabeza del combate. El Comité de Defensa de la C.N.T. requiri6 inmediatamente la movll1zac16nde los sindicatos, y por millares se pudieron contar los voluntarios que acudieron a los centros confederales y los ateneos libertarios de barriadas. A su vez, el 6rgano de las Millcias Confederales, Frente Libertario, anunci6 el traslado ministerial con un titular «iViva Madrid sin Gobierno!-. Destacamentos de esas Millcias responsables, cumpliendo instrucciones del Comité de Defensa, fueron los encargados de frenar la fuga: «Que no salga nadie de Madrid -se les dijo- con fusiles ni ptstolas. Recoged todas las que podais. Hay millares de compafferos esperando armas.» El contro! sin duda mas comentado esos dias fue el de Taranc6n, donde se detuvieron caravanas de coches cuyos ocupantes solian ir provistos de justificantes de cmisi6n especiab. Todos fueron desarmados. Esto, tan justo, no lo ha digerido Carrillo, y, para sacarse la espina, recurre al accidente de su colega YagUe, quien, por cierto, se habia buscado lo que le vino encima. Todo lo demas, chulerla policlaca que, si bien no surti6 en su dia efecto alguno, Carrillo se permite recordarlo desfiguradamente para hacer valer los méritos de su emano dura-. a modo de garantla de «orden» en la perspectiva sucesoria que anuncia su compromiso con el neocapitalismo opusdeista. LAS UNIDADES LIBERTARIAS O TRA copla del mismo repertorio aparece en la pagina siguiente a prop6sito de ... certalnes unltés ana.rchlstes comme la Colonne de fer qui, durant les premlers temps de la guerre, plllalt et terrorlsalt notre arrlère-ga.rde ; Il avalt fallu la combattre et la dlssoudre au moment où elle essaya de falre la méme chose dans la ville de Valence. En esta operaci6n no se atribuye Carrillo la paternidad; le basta repetir un cuento que lanz6 el Partido Comunista intentando desacreditar a una de las unidades libertarias que se opuso mas obstinadamente a la militarizaci6n. Era este un problema en el que el acuerdo entre las propias Milicias Confederales no se hizo de buenas a primeras. Pero el Partido Comunista no tomaba en lo de la milltarizaci6n mas que un pretexto, persiguiendo con él abrir brecha en la C.N.T. y tratar de suplantarla en la regi6n levantina, cuya configuraci6n social, especialmente en el campo, se distingula por su elevado numero de pequeflos propietarios. Alli, pues, la difamaci6n comunista 49

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