HISTORIA FALSIFICADA miti6 hacerse una opini6n sobre la experiencia soviética (4). Para volver al pais, Pestafia tuvo que viajar mas de lo debido, y al cruzar Italia fue detenido y encarcelado, lo mismo que le ocurri6 luego, llegado a Barcelona -donde la policia no ignoraba las razones de su ausencia- impidiéndole asi hacer inmediatamente el cumplido informe que la Organizaci6n esperaba. Debe tenerse en cuenta que entre el comicio confedera! de 1919 y el retorno de Pestafia, la Internacional Comunista hab1a adoptado una linea impositiva con respecto a Jas secciones adherentes, recogida en las famosas «21 condiciones, que, de haber sido conocida por los congresistas de Madrid, ya algunos radicalmente opuestos a la adhesi6n, muy probablemente no se hubiera aceptado la menor relaci6n. De todos modos, ignorada la informaci6n de Pestafia, un pleno celebrado en Lérida durante la primavera de 1921 resolvi6 enviar una delegaci6n al III Congreso de la Internacional Comunista. Formaban parte de ella cuatro soviet6filos: Andrés Nin, Joaqu!n Maurin, Hilario Arlandis y Jesus Ibafiez, a los cuales se agreg6 Gast6n Leval, joven anarquista francés que aftos antes se habia refugiado en Espafia corno pr6fugo y militaba en los sindicatos confederales. Fue éste quien, no menos desilusionado que Pestafia de cuanto habta visto y oido en Moscu, al regreso a Espafia puso las cosas en claro. El eco de los informes de Pestafia y Leval repercuti6 en las diferentes regiones y una conferencia celebrada en Zaragoza en junio de 1922 se pronunciò (antes, en otra reuni6n que tuvo lugar en Logrofto, hab1a prevalecido la misma idea) por la ruptura con la Internacional Sindical Roja, acordandose en cambio la participaci6n en el congreso constitutivo de la A.I.T. (Asociaci6n Internacional de los Trabajadores) que el mismo ano deb1a celebrarse en Berl1n. El paso de militantes confederales al P.C. fue, contra lo que insinua Carrillo, verdaderamente insignificante; tal vez no mas de dos docenas, lo cual explica que, a pesar de los afi.os de clandestinidad bajo la dictadura primorriverista., el bolchevismo no lograra hacer mena en las filas libertarias espaftolas, y mientras el P.C., al restablecerse las garantias de reuni6n y asociaci6n después de la calda del dictador y aun la de la monarquia, era un tipico grupusculo sin la menor significac1on en la •vida nacional, la C.N.T. contaba ya con centenares de miles de adherentes. (4) Lo esencial de las observaciones de Pestafia fue recogido en un libro, a modo de relato, que se public6 bajo el titulo: «Setenta dlas en Rusla». 43
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