HISTORIA FALSIFICADA eia la violencia de los extremos y, finalmente, llama a todo el pueblo para asegurar el éxito de la empresa. En el mes de septiembre, comentando el lanzamiento de la junta, Frente Libertario hizo constar que si bien el resumldo programa podria considerarse corno un mal menor ante lo que, con su reguero de crimenes, representaba el franquismo, el planteamiento era inaceptable para la auténtica oposici6n antifranquista. Aducia al respecto el caracter conservador de la tentativa y su prop6sito de sustituir la dinamica reivindicativa del nuevo movimlento obrero espafiol por la asociaci6n del Partido Comunista a la obra de gobierno, considerandole garante -cual ocurre con sus afines en Francia, Italia y Portugal- de la «paz sociab, es decir, del statu quo burgués. Por otra parte ponia F. L. en causa de las distintas imploraciones de sostén y en particular registraba el fracaso del llamamiento dirigido «al pueblo,, pues ninguna de las formaciones responsables de la oposici6n ha querido admitir esa maniobra envolvente que, con el hecho consumado, venia a reactualizar los planes monopolistas que el Partido Comunista trat6 de imponer en los afios de clandestinidad en Francia mediante la Uni6n Nacional de triste memoria (2). A falta de reclutas, la Junta intensifica cuanto puede su propaganda dentro y fuera de las fronteras espafiolas. Alla, claro esta, tiene corno punta de lanza un aparato con docenas de estipendiados que cada dos por tres distribuyen a agencias y peri6dicos mas o menos complacientes -pues los hay, aunque parezca mentira, en la Espafia de Franco-- proclamas de cir- (2) La Uni6n Nacional Espafiola fue un ensayo de desbordamiento de las fuerzas reslstentes espafiolas intentado por el Partldo Comunista después del desembarco allado en Africa del Norte. Consistia en la aplicaci6n al plano espafiol de las consignas elaboradas en Moscu oara aduefiarse del Poder en los paises del Cent1'0 y Este de Europa una vez liberados de la ocupaclòn nazi. La f6rmula de Comltés o Frentes Nacionales de Liberacl6n era simplemente sustituida por la de una Uniòn Nacional de caracter amplio cuya Junta Suprema se pretendia funcionaba dentro de Espafia con e1 concurso no s6lo de todas las formaclones antlfasclstas de la guerra clvi!, sino también de cedlstas <partldarios de GIJ Robles), carllstas y alguuos desengafiados fala.ngL~tas. Beneficiò ese engendro de apoyos oficiosos franceses, pero no logr6 absolutamente ning-una adhesi6n de la Resistencia espafiola organizada, de modo que, al fin, el Partldo Comunista decidi6 abandonar su tinglado; mas, para dislmular el engafio, hlzo responsables de la «aventura» a los mllitantes que celosamente cumplieron la consigna, varios de ellos, hallandose en Espafia, sufrieron, por delaci6n, los rlgores represivos del franqulsmo dw·ante largos afios. El papel de flscal contra los aludidos camaradas correspondl6, por clerto, a un dirigente llamado Carrillo, hoy promotor de la mlsma experiencia bajo la ensefia de Junta Democratica. 39
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