Interrogations - anno II - n. 2 - marzo 1975

F. GOMEZ-PELAEZ tanto menos si el materia! que se le ofrece desborda el marco de lo nacional y arriesga perder dinero. Cada dia, sin embargo, hay temas disponibles: Chile, Palestina, Portugal, Viet Nam ... y también Espafia, siempre Espafla. Prueba de su actualidad es el apresuramiento que manifiestan los diversos sectores politicos para tornar la delantera ante la eventual desaparici6n del decrépito dictador. Pues bien, en esta carrera se ha despegado ya, propagandisticamente, el Partldo Comunista, cuyo banderin de enganche es un atractivo programa contemporizador lanzado a los cuatro vientos durante el pasado mes de julio: la alternativa postfranquista de la Junta Democratica Espafiola. Este camelo, concretamente representado por dos personajes: Santiago Carrillo, secretario genera! del Partido con la venia de Moscu -que, corno era de prever, ya ha desembarcado al inclito Enrique Llster- y Rafael Calvo Serer -caracterizado opusdeista monàrquico en ruptura reciente con el Régimen (1)-, ha servido de pretexto a un libro a la vez propagandistico y comercial cuyo comentario nos entretendra unas paginas mas adelante. Por el momento vamos a sintetizar los objetlvos declarados por la novlsima Junta: 1) la formaci6n de un gobierno provisional que concederla la amnistia, libertades sindical y politica; 2) derechos de huelga, reuni6n y prensa; 3) reconocimiento, bajo la unidad del Estado espafiol, de la personalidad politica de los pueblos vasco, gallego y catalan; 4) separaci6n de la Iglesia y el Estado; 5) consulta popular en un plazo entre doce y dieciocho meses después de constituido el g.p.; 5) integraci6n de Espafia en la Comunidad Econ6mica Europea, respeto de los acuerdos internacionales y reconocimiento del principio de coexistencia pacifica. Por otra parte, la Junta apela al patriotismo y al honor profesional de las Fuerzas Armadas, e invita a los distintos sectores democraticos para que se asocien a su iniciativa. Cuenta ademas que la jerarqula eclesiastica sostendra la justa posici6n conciliar de defensa de los derechos humanos, denun- (1) A modo de anécdota cabe mencionar que, entre la copiosa. publlcldad concedida al programa juntlsta en el extranjero, se han reglstrado varias entrevistas televlsadas, una de ellas en Holanda, donde el presentador, desplstado, hlzo a Calvo Serer los honores que correspondlan a CarrlJlo, y viceversa, confundlendo al mlsmo tlempo lns cintas de cada lnt.ervenclòn. El lapsus no fue, sin embargo, muy grave porque las coplas de la reconc1llaci6n resultaban semejantes. 38

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