Resumen El movtmiento soctal en Alemanta Federal - cuya expresión esencial la constituye la soctal democracta y la Confederación sindical (D.G.B.), aspira a tntegrarse en los mecanismos de la sociedad actual. Bajo diversas formas, ha podido observarse esta tendencia ya en el siglo XIX, en los albores del movtmtento obrero alemán. Un tiempo excluidas de los asuntos públicos, confinadas en un «ghetto» por voluntad de las clases dirigentes, las organizaciones que reflejan grosso modo el pensamiento obrero, han perseverado en su voluntad de verse admitidas en tanto que «asociados sociales», y esto a través de todas las peripecias históricas. En Alemania Federa?, este esfuerzo ha alcanzado -en parte por lo menos -sus objetivos. La cogestión tal y como funciona hoy así lo demuestra. El partnership que se practica en el terreno industrial, si no debe nada o CCl$Í nada a la iniciativa propia de la clase obrera, refleja, en cambio, la voluntad de los managers procedentes del movimiento social, de lograr su partictpattón en la gestión económica. Las instituciones surgidas del movimiento obrero se transforman y adoptan completamente los métodos y los «valores» de la sociedad industrial. Los delegados del personal, cuerpo eminentemente conservador (como así lo es la clase obrera), desempeñan un papel importante en este proceso, constituyendo, en la práctica cotidiana, algo así como un «regulador» de las relaciones sociales, papel que, par otra par,te, la legislación tmpone. En este articulo se estudian las tensiones que surgen a veces entre la burocracta sindical, los delegados del personal y «la base». Se analiza asimismo por qué motivo el patronato rechaza la cogestión, pese al carácter «tntegracionista» de ésta. Se trata, senctllamente, de no admitir un «cuerpo extraño» en el mecanismo económico. Summary The social movement in West Germany. the main represento.- tives of which are the soctal-democracy and the labour federatton (D.G.B.), is yearning to be tnserted into the machtnery' of the present soctety. We can have noticed this tendancy, though in -different shapes, in the XIXth century, from ·the 11ery start of the labour movement in Germany. Having at first been left out of public aftatrs and shut up in a « ghetto » by the ruling classes ' will, the organtzations which more or less echo the workers ' optnions, have persisted in their wanting to be admitted into the soctety as « social partners» and 'so through all the vtcissitudes of history. In West Germany, thts endeavour has born frutt, in a way at least. The joint management as it works gtves evtdence about tt. If the partnership practtsed in the industrial field owes nothing or scarcely anything to the workers ' own initiative, it shows on the other hand. the will of the managers coming from the social movement to obtain a share in the economic management. The institutions born of the labour movement are changtng as they are taktng up all the methods and « values » of the industrial society. 73
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