Interrogations - anno I - n. 1 - dicembre 1974

IGNACIO IGLESIAS drán obtener un salvoconducto que los ponga fuera de nuestro territorio, gozando entretanto de plena seguridad personal. 4) A los espafioles que en el extranjero rectifiquen su vida se les dispensará protección y ayuda. 5) Ni el mero servicio en el campo rojo ni el haber militado simplemente en campos pol1ticos extrafios al Movimiento Nacional serán motivos de responsabilidad criminal. 6) De los delitos cometidos durante el dominio rojo sólo entienden los Tribunales de justicia. Las responsabilidades civiles se humanizarán en favor de las familias de los condenados. 7) Nadie será privado de libertad por actividades criminosas más que el tiempo necesario para su corrección o reeducación. 8) El retraso en la rendición y la estéril resistencia a nuestro avance serán causas de graves responsabilidades, que exigiremos en nombre de la sangre inútilmente derramada> (85). Sefialemos, en honor de la verdad, que las vagas promesas contenidas en este documento estaban en contradicción flagrante con la llamada Ley de Responsabilidad Poutica dictada por el Gobierno de Burgos y que se publicó en el Bolettn Oficial del Estado el 27 de febrero. La nota de respuesta recibida de Burgos debió apagar no poco las esperanzas que aún podia abrigar el Consejo Nacional de Defensa de obtener unas condiciones honorables. Era evidente que no habria negociaciones en el lato sentido de la palabra, puesto que los franquistas exigian, pura y simplemente, la entrega incondicional. En estas condiciones, a lo único que podia aspirar el Consejo era a ganar tiempo, el máximo posible, para que los que deseaban escapar pudieran hacerlo. Garcia Pradas, uno de los mentores del Consejo de Defensa, escribió: «Nosotros calculábamos entonces, tal vez con optimismo exagerado y suponiendo en grandes masas populares una decisión de resistencia semejante a la nuestra, que retrasariamos la ocupación de nuestra zona durante unas tres semanas, tiempo suficiente para que dignamente la abandonásemos cuantos quisiéramos hacerlo, y el Consejo emprendió con decisión nuevas gestiones encaminadas a obtener barcos, para tenerlo todo dispuesto en previsión de que el enemigo precipitara los acontecimientos'> (86). Cálculo demasiado optimista, indudablemente, puesto que en Madrid -y asimismo en la mayor parte de los otros frentes- el ambiente se habla vuelto enrarecido, dado el clima de inminente derrota reinante; al agotamiento fisico y moral vino a sumarse (85) Ibídem, págs. 620-621. (86J Obra citada, pág. 116. .

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