Interrogations - anno I - n. 1 - dicembre 1974

ULTIMAS SEMANAS más grande la capacidad de resistencia mientras se negociaba y la Escuadra suponía una base importante, tanto para la evacuación como para la negociación. Era lógico que, en estas condiciones difíciles, surgieran en el seno de los dirigentes del Consejo algunas diferencias. Una de las más significativas y menos conocidas fue la que se produjo entre Casado y Cipriano Mera. Al dla siguiente de haber terminado la sublevación comunista, el coronel Casado llamó a Mera para decirle que debla dejar el mando del IV Cuerpo para ir a hacerse cargo del Ejército de Extremadura. Refiere Mera en sus «Memorias,, todavía inéditas: «Ahora bien, cuando poco antes de crearse el Consejo de Defensa nos reunimos en tu domicilio Val, García Pradas, Salgado, Verardini y yo, recordarás que me dijiste que una vez constituido el Consejo deberla hacerme cargo del Ejército del Centro, según tú por dos razones capitales: por contar yo con la simpatía general, salvo la de los comunistas, desde luego y, sobre todo, porque antes de ponernos en relación con el enemigo deberíamos concentrar en un lugar determinado a treinta o cuarenta mil personas desafectas a nuestra causa y preparar las minas de Almadén para que no pudieran producir en bastantes afios. Eran dos bazas que se quería jugar en las negociaciones de paz. Tú insististe que yo era la persona idónea para llevar a cabo esos dos propósitos. Los all1 reunidos no queríamos, ni mucho menos, provocar una nueva Numancia, puesto que era algo que no nos lo permitía nuestros sentimientos; pero habla que lograr que el enemigo no nos tratara en las negociaciones como vulgares vencidos. ¿Es que ya no piensas asl? No lo sé. En todo caso te diré, as1 como a los demás, que estoy completamente de acuerdo con lo realizado por el Consejo hasta el dla 12; pero en lo que se h9:ga a partir de esa fecha no quiero tener la menor responsab111dad. Si tenéis nuevos planes y yo soy un obstáculo, en cuanto llegue al IV Cuerpo te enviaré mi dimisión por escrito. Pasaré a ser un simple soldado., El incidente, a nuestro juicio, es significativo, como hemos dicho. Casado quería alejar de Madrid a Mera, teniente coronel procedente de las milicias y anarquista; prefería estar rodeado, en sus conversaciones de paz con Burgos, de militares profesionales. No cabe duda de que anidaba la esperanza de que las negociaciones en cuestión serian más fáciles y hasta más fructíferas si se efectuaban entre antiguos m111tares; creía en la solidaridad entre personas de la misma profesión y de idéntico origen social. Por lo visto se habla jactado más de una vez de que ellos, los militares profesionales, obtendrían lo que Negr1n no logró jamás: el diálogo con el enemigo. 48

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