Interrogations - anno I - n. 1 - dicembre 1974

IGNACIO IGLESIAS Como el Consejo Nacional de Defensa dominaba ya la situación, los comunistas, considerando la partida perdida, pretendieron dar a la lucha un sesgo eminentemente polltico. Enviaron a Casado como emisario para negociar al coronel Ortega, jefe comunista del III Cuerpo de Ejército, que sorprendentemente no habla participado en la sublevación, la cual tuvo como dirección militar al también coronel Barceló, al comandante Ascanio, mientras la polltica correspondió al Comité provincial del Partido Comunista. Según Zugazagoitia, corroborado por otros, pidieron al Consejo, para deponer las armas, «una representación en él y la seguridad de que no se ejercerán represalias» (68). He aqui la respuesta, redactada por Garcia Pradas y entregada el dia 12 por el coronel Casado: «El Consejo dará por terminada la lucha en las siguiente condiciones: 1) Deposición de las armas, reintegrándose inmediatamente a sus fuerzas en el sitio que ocupaban el dia en que se constituyó el Consejo Nacional de Defensa; 2) Entrega al Consejo de todos los militares y civiles que se encuentren detenidos por el bando sublevado; 3) Promesa por el Consejo Nacional de Defensa que se procurará sancionar los hechos sin apasionamiento; 4) Sustitución y relevo de todos los mandos y comisarios en la forma y por el procedimiento que estime mejor el Consejo Nacional de Defensa; 5) El Consejo Nacional de Defensa pondrá en libertad a todos los detenidos comunistas que no hayan cometido ningún delito delictivo; 6) El Consejo Nacional de Defensa, una vez liquidado por completo este pleito, no tendrá inconveniente en escuchar a los representantes del Partido Comunistai> (69). Por lo visto, los comunistas contestaron con el siguiente escrito: «Hemos vivido seis dias de lucha en Madrid, y el Partido Comunista considera que su prolongación serla un horrible dafio para la Patria. Por eso ha decidido interponer su influencia para que cese el fuego, en atención al deber supremo de unir todos los esfuerzos posibles contra los invasores ante la inminencia de una ofensiva enemiga por cualquiera de nuestros frentes, y teniendo en cuenta que el doctor Negrln ha creldo conveniente abandonar España. r... J Hemos conocido los acuerdos del Consejo Nacional de Defensa sobre las condiciones de una pacificación interior, que descarta toda idea de represalia. En estas condiciones no sólo abandonamos nuestra resistencia al Poder constituido, sino que los comu- (68) Obra citada, pág. 275. (69) Fernando Diaz-Plaja: La guerra de España en sus documentos. Plaza y Janés, Editores, Barcelona, 1972, págs. 612-613. 43·

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