Interrogations - anno I - n. 1 - dicembre 1974

IGNACIO IGLESIAS la propuesta de Negrin no fue ni siquiera escuchada, éste decidió irse de España. Escribió Tuñón de Lara que «al amanecer (del dia 6], el Gobierno comprobaba su aislamiento» y «no tenia más protección que la de ochenta guerrilleros» (62). Se trasladó al aerodromo de Monóvar (Alicante), para, unido a sus ministros, subir a los aviones que los conducirian a Francia. Lo propio hicieron varios dirigentes comunistas, entre otros la Pasionaria. Los que quedaron, junto con Togliattl y Stepanov -que eran los que realmente dirigian el Partido Comunista de España-, se reunieron horas después, durante la noche. Dejemos a Tagüefla que nos lo refiera: «Cuando llegamos estaba a punto de iniciarse la reunión histórica del Comité Central del Partido Comunista, la última de la guerra de España. En realidad, la decisión estaba ya previamente tomada por el Buró politico y aun antes por el delegado de la Internacional. Pero se trataba de darle al acto mayor solemnidad. Claud!n me hizo entrar por ser yo miembro de la Comisión ejecutiva de la J.S.U. Yo estaba muy cansado de la tensión de los últimos dias, pero puse todo mi interés en oir ya que la conducta del Partido no lii, vela muy clara. Nos comunicaron simplemente los acuerdos. El Gobierno Negrin habla abandonado el pais y la única autoridad real era el Consejo Nacional de Defensa, por ilegal que fuera su formación y aunque sus propósitos eran negociar la paz a cualquier precio; luchar contra él con las armas, era comenzar una guerra civil dentro de otra guerra civil. Los comunistas, campeones de la unidad, no podian adoptar esa actitud. No habla otra alternativa que tratar de salvar la mayor cantidad de cuadros comunistas y dejar la responsabilidad del final de la guerra en manos de la Junta de Casado. Togliatti preguntó después a Lister y a Modesto si creian que el Partido habla desaprovechado alguna: ocasión de tomar el poder, a lo que contestaron negativamente. A los demás no nos preguntaron nada. Esta linea politica no podia ser una improvisación de última hora, sino algo madurado hacia tiempo ... » (63). Por lo visto, no se dijo ni una sola palabra sobre el alzamiento de los comunistas en Madrid, iniciado hacia ya unas cuantas horas; debla de corresponder, sin duda, a algo «madurado hacia tiempo» por los Togliatti, que no quisieron decirlo a los asistentes a la «histórica» reunión. Es comprensible, pues, la extrañeza mostrada después por Tagüefia, el cual, (62) Ibídem, pág. 663. (63) Obra citada, págs. 315-316. 39

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